Francisco Galindo Vélez es el verificador escogido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), del mandatario Pedro Sánchez, y Junts per Catalunya, formación liderada por el expresidente catalán Carles Puigdemont, para verificar los avances de los acuerdos que alcanzaron las dos partes en noviembre.
El diplomático salvadoreño, de 68 años, es una persona totalmente desconocida para la ciudadanía española, quizá uno de los puntos a su favor para ser designado para un puesto que estará bajo lupa y que no está exento de polémica.
Jurista y diplomático de carrera, fue representante del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Su nombre se ha conocido hace tan solo unos días, después de una reunión mantenida entre PSOE y Junts en Suiza, ya con la presencia de Galindo.
¿Cuál es su trayectoria?
La hoja de servicios de Galindo Vélez es especialmente larga. Entre 2009 y 2019 fue embajador de El Salvador en Francia y en Colombia, en diferentes periodos, hasta que estableció su residencia en Ginebra, Suiza.
Antes había sido alto comisionado de ACNUR en Francia, Colombia, México y Egipto y representante regional adjunto en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba y Belice, entre 1987 y 2008, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador.
Los intereses diplomáticos ya estaban presentes en su familia. Así, su padre, Reynaldo Galindo Pohl, ya ejerció cargos como representante de El Salvador ante la ONU y fue miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre otros. Además, presidió la Asamblea Nacional Constituyente que redactó la Constitución salvadoreña de 1950.
¿Cuál será su cometido?
Galindo Vélez será el coordinador del mecanismo internacional de verificación, según han apuntado desde PSOE y Junts. Así, deberá comprobar que se cumplen los acuerdos pactados entre las dos formaciones españolas.
El pacto alcanzado por los dos partidos incluía, por una parte, el apoyo de los siete diputados de Junts tanto a la investidura del presidente de Pedro Sánchez como a la estabilidad de la legislatura y, por la otra, el cumplimiento de varias exigencias del partido de Puigdemont.
Entre esas exigencias está la promulgación de una ley de amnistía para todos los investigados o condenados por el proceso secesionista que culminó con el referéndum de autodeterminación ilegal celebrado en Cataluña en 2017, y las posteriores protestas, en 2019, tras la condena de 9 líderes políticos y sociales considerados responsables de la consulta prohibida por el Tribunal Constitucional.
Todo un cambio en la postura del PSOE, que antes de necesitar los siete votos para que Sánchez pudiera reeditar el cargo, había argumentado en numerosas ocasiones que la amnistía era anticonstitucional.
Desde Junts ya han avisado que el apoyo en las propuestas más importantes de la legislatura, como la ley de Presupuestos Generales del Estado, estaba supeditado a que los socialistas cumplieran su parte del pacto.
El documento en el que se plasmó ese acuerdo, incluía referencias a las "profundas discrepancias" y "desconfianzas mutuas" entre ambos partidos y establecía la figura de un verificador internacional, que será el papel que cumplirá Galindo Vélez.
Por el momento no han trascendido las causas que motivaron su elección ni de qué banda partió la propuesta.
¿Qué dicen los críticos?
Desde la oposición al Gobierno de España se ha criticado duramente tanto los acuerdos alcanzados por PSOE y Junts, como la propia figura del verificador internacional.
Así, Alberto Núñez Feijóo, presidente del principal partido de la oposición, el conservador Partido Popular (PP), afirmó en un acto multitudinario en Madrid que es "una humillación" que Pedro Sánchez "ponga a un ciudadano de El Salvador a decidir el futuro de España".
"No sería posible que un ciudadano de El Salvador especializado en guerrillas latinoamericanas fuese al final el que dijese cómo tiene que ser la relación del Gobierno central con una parte del territorio, con Cataluña", dijo después en una entrevista radiofónica.
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