El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseveró este jueves que cualquier agresión contra su país por parte de Hezbolá acarreará graves consecuencias para el Líbano y su capital, Beirut, que correrán el mismo destino de la Franja de Gaza, hoy reducida a escombros por los ataques israelíes.
Al igual que en el caso del enclave palestino, de cuya destrucción Tel Aviv responsabiliza a Hamás mientras continúa con sus propios bombardeos, que ya se han cobrado la vida de miles de civiles, Netanyahu responsabilizó de antemano a Hezbolá por cualquier desenlace devastador para el país árabe desde el que esa organización opera.
"Si Hezbolá elige iniciar una guerra total, entonces con sus propias manos convertirá a Beirut y el sur del Líbano, que no están lejos de aquí, en Gaza y Jan Yunis", declaró el primer ministro israelí durante su visita al Cuartel General del Mando Norte de las Fuerzas de Defensa de Israel.
La advertencia se produjo horas después que un ataque de Hezbolá matara a un israelí de 60 años en el norte del país. El hombre falleció este jueves cuando un misil antitanque impactó contra su vehículo cerca de la frontera con el Líbano.
No es la primera vez que Netanyahu amenaza con destruir el Líbano, con el pretexto de la lucha contra los terroristas, entre los que Israel incluye al movimiento chií. Ya lo hizo a principios de mes: "Si Hezbolá comete un error y entra en una guerra a gran escala, habrá destruido el Líbano con sus propias manos".