En el segundo día de declaraciones del ex primer ministro de Reino Unido Boris Johnson, con motivo de una investigación pública sobre su gestión durante la pandemia del covid-19, admitió el mal comportamiento de su personal cuando estalló el escándalo de las fiestas en Downing Street.
Johnson también reconoció que debería haber hecho más para evitar que se incumplieran las normas en su residencia oficial, ya que las leyes eran demasiado confusas, sin embargo, agregó que la percepción pública de las fiestas era una "parodia de la verdad".
Aunque Johnson aseguró durante meses que las reuniones en el 10 de Downing Street habían acatado todas las normas, en la investigación se mostraron los mensajes que intercambió con el entonces secretario de gabinete reconociendo su mal comportamiento.
"En retrospectiva, todos deberíamos haber dicho a la gente [...] que pensaran en su comportamiento en el número 10 [de Downing Street] y en cómo se vería. Pero ahora debemos seguir adelante", escribió Johnson a Simon Case en diciembre de 2021.
"Si volviera a tener tiempo, por supuesto que habría hecho las cosas de otra manera y habría enviado repetidos mensajes pidiendo que se aseguraran de que todo el mundo pudiera ver que se están siguiendo las directrices correctamente", afirmó, pero aseguró que para él era "logísticamente imposible" cumplir las normas al pie de la letra en el reducido espacio de la residencia.
"Iban a morir de todos modos"
Por momentos, Johnson se mostró visiblemente afligido, insistiendo que estaba personalmente afectado por las muertes ocurridas durante su mandato y que no era indiferente al sufrimiento de la gente, mientras defendía sus comentarios de que las personas mayores "iban a morir de todos modos".
Cuando se le acusó de no preocuparse, Johnson también mencionó su hospitalización por covid en abril de 2020. "Cuando entré en cuidados intensivos, vi a mi alrededor a mucha gente que en realidad no eran ancianos. Eran hombres de mediana edad y eran bastante parecidos a mí. Algunos de nosotros íbamos a lograrlo y otros no. Sabía por esa experiencia lo espantosa que era la enfermedad [...] Decir que no me importaba el sufrimiento que se estaba infligiendo al país, simplemente no es correcto", aseguró con voz entrecortada.
Además, Johnson negó que sus comportamientos fueran "una apuesta arriesgada", pues en su opinión, no había "pruebas sustanciales" de que contribuyera a la propagación del virus.
Finalmente, el ex primer ministro aseguró a la comisión de investigación que las normas que había impuesto se habían vuelto "extremadamente complicadas". Concluyó su testimonio sugiriendo "simplificar todo el enfoque y ver qué se puede hacer para confiar más en el sentido común y menos en la regulación y la legislación" en futuras crisis que puedan surgir.