Amnistía Internacional (AI) asegura que el Estado salvadoreño está "reemplazando gradualmente la violencia de las pandillas", al adoptar un modelo de seguridad "altamente represivo" que criminaliza a los grupos vulnerables y socava los derechos humanos, según se desprende de su último informe, publicado esta semana.
De acuerdo con el organismo, el régimen de excepción adoptado por el Gobierno del presidente Nayib Bukele –quien aspira a reelegirse en febrero próximo– ha abierto la puerta para la restricción y vulneración continuada de "los derechos fundamentales, incluyendo el derecho a la vida y la prohibición de la tortura".
"Lo que estamos presenciando en El Salvador es una repetición trágica de la historia, donde la violencia del Estado está reemplazando gradualmente la violencia de las pandillas, dejando a las mismas comunidades vulnerables atrapadas en un ciclo interminable de abusos y desesperanza", sostuvo Ana Piquer, directora de AI para las Américas, en un comunicado aparecido tras la publicación del reporte.
Para Piquier, "la adopción de un enfoque de seguridad altamente represivo y el debilitamiento del Estado de Derecho han llevado al país a una de sus peores crisis desde el fin del conflicto armado interno".
Según AI, hay "tres características alarmantes" derivadas del régimen de excepción, a saber: "1) la masividad con la que se están produciendo las violaciones de derechos humanos; 2) el alto grado de coordinación estatal en el diseño e implementación de esta medida; y 3) una respuesta estatal que tiende a ocultar y minimizar estos hechos, negándose a reconocer e investigar diligentemente los abusos".
Las denuncias de violaciones sostenidas a los derechos humanos no han horadado la popularidad de Bukele, mientras que el estado de excepción, en tanto pilar de la política de seguridad de San Salvador, ha sido ampliamente respaldado por los votantes. Sobre esa base, el mandatario anunció que se presentaría a la reelección inmediata y los sondeos recientes vaticinan que obtendrá una victoria holgada.