La rectora de la Universidad de Pensilvania (UPenn), Liz Magill, presentó el sábado su renuncia voluntaria al cargo después de que sus declaraciones en una audiencia sobre el antisemitismo en los campus, celebrada el pasado martes en el Congreso de EE.UU., desatara fuertes críticas de donantes, egresados y funcionarios públicos.
"Ha sido un privilegio para mí servir como presidenta de esta notable institución", expresó Magill. "Ha sido un honor trabajar con nuestros profesores, estudiantes, personal, exalumnos y miembros de la comunidad para promover las misiones vitales de Penn", agregó.
Magill, quien fue elegida como rectora de la UPenn en julio del año pasado, permanecerá en el cargo hasta que se nombre un rector interino. Después, seguirá siendo profesora titular de la Facultad de Derecho de Penn Carey.
El presidente de la Junta de Síndicos de la universidad, Scott Bok, también presentó su renuncia. En un comunicado, señaló que, si bien le pidieron que se mantuviera en el cargo "para ayudar con la transición", consideró que "ahora era el momento correcto para irse".
Bok describió a Magill como una "buena persona" y una "líder talentosa amada por su equipo". "Ella es ni en lo más mínimo antisemita", aseguró. Sobre la audiencia, opinó que la ahora exrectora "cometió un paso en falso muy desafortunado" en un "interrogatorio agresivo". "Tras ello, quedó claro que su posición ya no era defendible, y ella y yo decidimos al mismo tiempo que era hora de dar un paso al costado", concluyó.
¿Qué dijo Magill?
Si bien Magill ha sido criticada por su gestión de los incidentes antisemitas registrados en el campus durante meses, la gota que rebasó el vaso fue su respuesta en la audiencia de esta semana.
En concreto, la representante republicana Elise Stefanik le preguntó a Magill si "llamar al genocidio" es intimidación o acoso según los códigos de conducta de la institución universitaria, presionándola para que respondiera 'sí' o 'no'. La rectora señaló que "si el discurso se convierte en conducta, puede ser acoso" y "si es dirigido y grave, omnipresente, es acoso"; pero cuando Stefanik le dijo que "entonces la respuesta es 'sí'", Magill replicó que se trata de una decisión que "depende del contexto".
En la audiencia también estaban presentes las rectoras de la Universidad de Harvard y del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Claudine Gay y Sally Kornbluth, respectivamente, que, de igual manera, no ofrecieron respuestas concretas.
El viernes, un grupo bipartidista de 74 legisladores envió una carta a las juntas directivas de las tres universidades pidiendo la destitución de sus rectoras. "Exigimos que sus juntas directivas destituyan inmediatamente a cada una de las rectoras de sus cargos y que proporcionen un plan viable para garantizar que los estudiantes y profesores judíos e israelíes estén seguros en sus campus", escribieron, calificando de "aborrecibles" las respuestas de las líderes universitarias.
Por su parte, un grupo de docentes de la UPenn, preocupados por la libertad académica, calificaron la renuncia de Magill como una interferencia externa que ponía en peligro la integridad de la institución.