El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, planea destituir a cuatro ministros, cinco viceministros de alto rango y seis viceministros parlamentarios por un escándalo de malversación de millones de yenes de los fondos recaudados por la facción más grande del partido gobernante, informó el domingo Kyodo News, citando a sus fuentes.
Todos los funcionarios señalados pertenecen a la facción del Partido Liberal Democrático que estuvo encabezada por el ex primer ministro Shinzo Abe, asesinado el verano pasado. Entre los que podrían ser cesados por Kishida se encuentran el secretario jefe del gabinete, Hirokazu Matsuno, y el ministro de Economía, Comercio e Industria, Yasutoshi Nishimura, que fueron acusados de no informar a las autoridades sobre los fondos recibidos.
Según las estimaciones, los sospechosos recibieron entre 1 y 10 millones de yenes (entre 6.800 y 68.000 dólares) y podrían ser castigados con hasta cinco años de prisión o una multa de hasta 1 millón de yenes, de acuerdo con la ley de control de fondos políticos del país. La Fiscalía está investigando la falta de notificación en los informes de ingresos del partido de millones de yenes recaudados por la facción de Abe entre 2018 y 2022.
Se espera que el mandatario tome la decisión sobre los cambios en su gabinete este miércoles tras la finalización de la sesión parlamentaria extraordinaria en curso. Mientras tanto, la población exige que Matsuno sea destituido lo antes posible. Entre los sospechosos se encuentran otros miembros de la facción de Abe, como el secretario general de la facción, Tsuyoshi Takagi, quien será reemplazado, el jefe de política del Partido Liberal Democrático, Koichi Hagiuda, y el secretario general del partido en la Cámara de Consejeros, Hiroshige Seko. Asimismo, las fuentes indicaron que la facción de Kishida también está involucrada en el escándalo.
El escándalo se produce en medio de una caída en la popularidad del Gobierno nipón. Las encuestas de este otoño mostraron un significativo descenso en el índice de aprobación de la política del gabinete, que alcanzó un nivel del 32,3 %, la cifra más baja desde que Kishida asumió el cargo hace dos años.