Ben Wallace: "furia asesina" de Israel en Gaza perpetuaría conflicto 50 años
Las violentas tácticas empleadas por Israel en la Franja de Gaza podrían 'alimentar' el conflicto durante otros 50 años, advierte el exministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, en un artículo para The Telegraph, publicado el domingo.
Según el político, el primer ministro del país hebreo, Benjamín Netanyahu, que se presentaba "como un halcón de la seguridad", está "profundamente avergonzado" por no haber sabido prevenir el ataque del grupo palestino Hamás el 7 de octubre, lo que lo llevó a "perder de vista el largo plazo".
"Pero si [Netanyahu] cree que la furia asesina rectificará" la situación, "está muy equivocado", sentencia Wallace, alertando que las acciones que lleva a cabo en el enclave palestino "radicalizan a los jóvenes musulmanes de todo el mundo", y lo único que acabará consiguiendo su Gobierno será "la extinción de la voz de los palestinos moderados" que ven como la solución la creación de dos Estados.
En este contexto, insta a que se respeten los Convenios de Ginebra. "Perseguir a Hamás es legítimo; destruir vastas extensiones de Gaza no lo es. El uso proporcionado de la fuerza es legal, pero el castigo colectivo y el desplazamiento forzoso de civiles no lo es", sostiene.
Con esas acciones —señala— Israel "ha socavado" su "autoridad legal en materia de autodefensa" y también está perdiendo "su autoridad moral". "Israel tiene que poner fin a este método de ataque burdo e indiscriminado. Y tiene que combatir a Hamás de otra manera", asevera Wallace, si bien dice que no aboga por un cese al fuego con el movimiento.
"No se puede tener un cese al fuego con Hamás a menos que estén dispuestos a declararlo; incluso entonces tendrían que comprometerse a modificar sus estatutos para hacerlo", indica, agregando que lo único que quiere el grupo palestino es "una guerra religiosa contra los judíos, utilizando a los palestinos como carne de cañón".
Según él, "el camino hacia la paz" radica en la necesidad de hacer todo lo posible para "marginar a los extremos". "Con los Acuerdos de Oslo estuvimos cerca de alcanzar una solución de dos Estados. Ahora es el momento de reactivar ese proceso", concluye.