Los presidentes de China y Nicaragua, Xi Jinping y Daniel Ortega, respectivamente, mantuvieron una conversación telefónica el martes con motivo del 2.° aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Los mandatarios "valoraron altamente el ímpetu del rápido desarrollo de los lazos chino-nicaragüenses" registrado en estos dos años e "intercambiaron en profundidad opiniones sobre los asuntos regionales e internacionales de interés común", reza la declaración conjunta, publicada por el diario El 19.
Xi y Ortega resaltaron los avances positivos en la confianza política mutua, la cooperación práctica y solidaria en diversas áreas y la colaboración en los foros multilaterales en el plazo transcurrido desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
"Al coincidir en que bajo las nuevas circunstancias el carácter estratégico de los vínculos bilaterales viene destacándose cada día más, ambas partes acordaron elevar las relaciones binacionales al nivel de la asociación estratégica, creyendo que esta decisión corresponde a los intereses comunes de ambos países y sus pueblos y favorece al desarrollo y la prosperidad comunes de los dos países", indica el documento.
La parte nicaragüense subrayó su acato al principio de una sola China, reconociendo al Gobierno de la República Popular China como el único legítimo que representa a toda China, con Taiwán como parte inalienable del territorio chino. Managua remarcó su oposición a "la independencia de Taiwán" en todas sus manifestaciones y reafirmó su compromiso de no tener ningún tipo de contacto oficial con la isla y su firme respaldo a los esfuerzos de Pekín por materializar la reunificación del país.
Asimismo, expresó su respaldo a la postura de Pekín en los asuntos de Hong Kong, Xinjiang y Tíbet, entre otros.
Por su parte, China expresó su fuerte apoyo al derecho del pueblo nicaragüense a "elegir soberanamente el camino de desarrollo acorde con sus propias condiciones nacionales", así como a "defender la independencia, la soberanía, la autodeterminación, la seguridad y los intereses de desarrollo del país", al tiempo que rechazó categóricamente las injerencias extranjeras en los asuntos internos de Nicaragua.