Las críticas sociales al Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania y la ministra Annalena Baerbock por la compra de un lujoso inmueble de 15.000 metros cuadrados en Bruselas (Bélgica), apodado en los medios "palacio ostentoso", se institucionalizan.
El Tribunal Federal de Cuentas, un ente supervisor de los gastos estatales, reprendió a los funcionarios por haberlo adquirido mientras ya había en la misma ciudad "tres misiones del exterior con residencias representativas" y una cuarta adecuada para albergar una residencia, recogió el periódico Bild este martes.
Según la auditoría, la compra de la nueva residencia costó 8 millones de dólares a los contribuyentes alemanes y, además de ese precio inicial, la adquisición implicó los gastos de reforma y equipamiento por un valor de 658.000 dólares. La residencia es "hasta seis veces más grande que las cuatro propiedades utilizadas anteriormente", y el ente de auditoría dictaminó que la compra "ignoró la eficiencia económica" y los "requisitos de ahorro".
A Baerbock se le recomienda vender sin demora al menos una de las propiedades en Bruselas para atender el problema, aunque heredó tanto la decisión sobre la compra como la polémica en torno a ella. El contrato de adquisición aún se encuentra supervisado por el predecesor de la jefa actual de la diplomacia germana, Heiko Maas, en octubre de 2021.
El exministro también fue criticado por los auditores en 2020, ya que ellos advirtieron sobre una "responsabilidad por la gestión inadecuada" y sugirieron un "cambio de cultura" en el ministerio para no derrochar recursos. Desde entonces, Maas abandonó tanto el Gobierno como la política en general, dimitiendo como miembro del Parlamento.
Bild espera que, dentro de una estrategia, se decida en el ministerio de Baerbock "de qué propiedad en Bruselas quiere prescindir permanentemente". Por el momento, el servicio diplomático alemán tiene más de 800 propiedades en el extranjero que se utilizan como edificios residenciales u oficinas.