El líder hutí Abdel Malek al Houthi advirtió el miércoles que los rebeldes yemeníes arremeterán contra buques de guerra estadounidenses si son atacados por Washington, que esta semana lanzó una operación multinacional para defender a los barcos comerciales en el mar Rojo, reportan medios locales. Según Malek, EE.UU. no intenta proteger la navegación mundial, sino que busca militarizar el espacio marítimo.
En este sentido, el líder del movimiento Ansar Allah advirtió que "un ataque de EE.UU. contra Yemen será recibido con ataques a los acorazados, intereses y navegación estadounidenses con misiles, drones y operaciones militares".
"Mientras los estadounidenses quieran entrar en una guerra directa con nosotros, deben saber que no estamos entre los que le temen, y que se enfrenta a todo un pueblo y no a un grupo específico", añadió.
Al Houthi reiteró que no están "entre los que se quedan de brazos cruzados mientras el enemigo los ataca", agregando que su pueblo "no tiene miedo a las amenazas y agresiones directas de Estados Unidos".
"Si los estadounidenses envían sus soldados a Yemen, deben saber que enfrentarán algo más duro que lo que enfrentaron y sufrieron en Afganistán y Vietnam. Tampoco deben imaginar que pueden atacar aquí o allá y luego enviar mediaciones a calmar la situación", manifestó el líder hutí.
Motivos de advertencia
La declaración se produjo en respuesta al establecimiento por parte de EE.UU. de la operación 'Guardián de la Prosperidad', anunciada el lunes, una iniciativa que reúne a 10 países "para afrontar conjuntamente los retos de seguridad en el sur del mar Rojo y el golfo de Adén, con el objetivo de garantizar la libertad de navegación de todos los países y reforzar la seguridad y la prosperidad regionales".
Pese a que los hutíes han asegurado que solo hay peligro para los barcos de Israel o aquellos que se dirigen a los puertos del país hebreo, como respuesta a la "brutal agresión y el asedio a la Franja de Gaza", el riesgo potencial obliga a las empresas navieras a desviar sus rutas del mar Rojo.
Ante tal situación, algunas compañías expresan inquietudes sobre la interrupción de la vía fluvial clave y los riesgos que plantea para la economía mundial.