El ministro francés de Salud y Prevención, Aurélien Rousseau, presentó su dimisión al primer ministro del país, después de que la Asamblea Nacional (cámara baja del Parlamento) votara el miércoles por la noche para aprobar un proyecto de ley para endurecer las normas de inmigración, informó Le Monde.
El portavoz del Gobierno, Olivier Véran, confirmó la dimisión del ministro y afirmó que sus funciones serán reemplazadas temporalmente por Agnès Firmin Le Bodo, que hasta ahora era viceministra responsable del ordenamiento territorial y de la salud. Mientras que algunos ministros se reunieron anoche, entre ellos de Educación Superior, Vivienda, Industria y Transportes, para discutir las "iniciativas políticas a tomar" tras la aprobación de la ley de inmigración, Olivier Véran afirmó que "no hay ningún movimiento de rebelión ministerial".
"No hay dudas sobre mi decisión. Si se vota el texto, me iré", admitió previamente Rousseau a Le Monde antes de dimitir. "Esto afecta a los muros de carga. No doy lecciones de izquierda ni de moral a nadie. Veo clínicamente que no me es posible explicar este texto", añadió.
Por su parte, Emmanuel Macron afirmó que "respeta" la decisión de Rousseau de "dimitir", informó Le Figaro. "Tener responsabilidad significa tomar una decisión. La vida política está hecha de desacuerdos", añadió.
"Existe una profunda división"
Después de que la ley fuera aprobada por la Asamblea Nacional con el apoyo de 349 diputados y 186 votos en contra, así como la renuncia del ministro de Salud, los medios comenzaron a escribir sobre la "división" existente. En este sentido, el expresidente francés, François Hollande, calificó el proyecto de ley de inmigración en la red social X como una "derrota de la república", informó Ouest France.
"Hoy existe una profunda división", destacó Hollande, señalando que en momentos así el papel de un presidente de la república debe ser garantizar "la unidad de la nación, la cohesión, apaciguar los espíritus". Sin embargo, Macron negó los rumores de la existencia de una supuesta división y agradeció a quienes apoyaron la iniciativa.
"En primer lugar, quiero dar las gracias a quienes, en su mayoría, votaron a favor de este texto, incluso cuando no les gustó, y agradecer a quienes, no siendo mayoría, votaron a favor y permitieron constituir una mayoría absoluta, incluso sin la Agrupación Nacional", declaró Emmanuel Macron durante una entrevista a France 5, según Le Monde.
"Respeto a las mujeres y a los hombres que han estado conmigo desde el primer día [y] se abstuvieron o no votaron [a favor del texto] […]. Los respeto, pero ¿has oído a alguien decir: Dejo a la mayoría, me separo? No estoy de acuerdo con eso y no puedo decir que sea un factor decisivo. Porque no es exactamente el texto de la mayoría, pero se puede aprender a trabajar en mayoría relativa", señaló el mandatario francés.
Rumores sobre la inconstitucionalidad de la ley
François Hollande considera que el proyecto de ley de inmigración del Gobierno "exacerba la pobreza en este país". "No estamos luchando contra la inmigración irregular", añadió.
"Es una vergüenza decir que aprobamos una ley que sabemos que es inconstitucional: confiamos en que el Consejo Constitucional anule disposiciones. ¡Qué valiente!", subrayó el expresidente.
Macron comentó los aspectos inconstitucionales de ley, en la que, según los medios, unos 25 de 88 artículos tienen problemas de constitucionalidad. "Defendí una filosofía global, la acepto. Sucedió que el propio Gobierno, y esto es completamente normal, defendió los textos que subyacen a estos valores y luego el Consejo Constitucional los censuró porque no cumplían los requisitos técnicos. Esto es normal", afirmó el presidente, según Liberation.
"¿Será que por haber artículos que no estaban conformes con nuestra constitución fue necesario decir 'no llegamos a un acuerdo y por lo tanto no hay texto'? Mi respuesta es no", destacó el líder francés, subrayando que "eso habría sido impotencia".
El portavoz del Gobierno, Olivier Véran, ya había anunciado el miércoles al mediodía que el proyecto de ley fue enviado al Consejo Constitucional, reconociendo también que "hay cosas en esta ley que no nos gustan, que no le gustan a una parte de la población, que a mí no me gustan".
- La ley facilita al Gobierno la deportación de los migrantes irregulares y endurece el acceso de los extranjeros a las ayudas sociales, condicionando ciertas prestaciones a la estancia obligatoria de cinco años en Francia, o de 32 meses para aquellos que tengan trabajo.
- Al mismo tiempo, la ley permitirá obtener permisos de residencia y empleos en sectores con escasez de mano de obra a entre 7.000 y 10.000 migrantes indocumentados anualmente.
- También se introducen las cuotas de migración, que dificultarán las posibilidades de los hijos de migrantes de obtener la ciudadanía francesa, y se podrá despojar de la nacionalidad francesa a los ciudadanos condenados que tengan doble nacionalidad.