La incidencia mundial del dengue ha incrementado "notablemente" durante las últimas dos décadas, lo que plantea un desafío sustancial para la salud pública, según un informe publicado este jueves por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Concretamente, entre 2000 y 2019, la OMS documentó una multiplicación por diez de los casos notificados en todo el mundo, que pasaron de 500.000 a 5,2 millones, con un pico "sin precedentes" registrado hace cuatro años, cuando las infecciones se extendieron a un total de 129 países.
En este sentido, indica que, tras un ligero descenso en el número de los casos de dengue entre 2020 y 2022 debido a la pandemia del covid-19 y a una menor tasa de notificación, en el presente año se ha observado un repunte mundial de las infecciones —caracterizado por un aumento significativo del número, la escala y la aparición simultánea de múltiples brotes— que se han extendido a regiones anteriormente no afectadas por la enfermedad.
Asimismo, señala que, desde comienzos de 2023 la transmisión en curso, combinada con un pico inesperado de casos de dengue, ha dado lugar a cerca de un máximo histórico de más de 5 millones de casos, cerca del 80 % en América, y más de 5.000 muertes relacionadas con la afección notificadas en más de 80 países y/o territorios.
Factores de propagación
Desde el organismo de la ONU explican que varios factores están asociados al creciente riesgo de propagación de la epidemia de dengue, entre ellos, la distribución cambiante de los vectores (principalmente Aedes aegypti y Aedes albopictus), las consecuencias del fenómeno de El Niño en 2023 y del cambio climático, que provocan un aumento de las temperaturas, altas precipitaciones y humedad.
También achaca la actual situación a sistemas de salud frágiles en medio de la pandemia del coronavirus, a inestabilidades políticas y financieras en países que enfrentan crisis humanitarias complejas y a altos movimientos de población.
El dengue es una infección vírica que se transmite de los mosquitos a las personas, principalmente en regiones con climas tropicales y subtropicales. Entre los síntomas figuran fiebre alta, dolor de cabeza y en otras partes del cuerpo, náuseas y erupciones en la piel. En los casos más graves puede ser mortal.