Soldados israelíes encontraron en la zona de Issa de la ciudad de Gaza una serie de pozos de acceso que conducían a una importante red de túneles. Al examinar los pasadizos, descubrieron que Hamás estableció a lo largo de la ruta una base subterránea.
En la inspección participó la unidad canina Oketz K-9, cuyo integrante examinó los túneles junto con los militares, que posteriormente destruyeron la ruta estratégica.
Los túneles estaban equipados con puertas blindadas, escondites, salas de mando y comunicaciones, búnkeres de hormigón e instalaciones esenciales para el suministro de agua y electricidad.