El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, tiene "información irrefutable" de que Occidente respalda las protestas que la semana pasada sacudieron el país, declaró este lunes el embajador ruso en Belgrado, Alexánder Botsan-Jarchenko, tras reunirse con el mandatario serbio.
"Al darse cuenta de que en Belgrado los planes no son realizables de forma tranquila y pacífica, la oposición inició inmediatamente protestas, que son alentadas y apoyadas desde el exterior. [...] Es cierto, y Vucic ha hablado de ello. No entraré ni puedo entrar en detalles [...], pero él tiene datos irrefutables de que hay incitación y apoyo por parte de Occidente", dijo.
Además, subrayó que el presidente serbio "no permitirá la escalada de tensiones" en el país. "Vucic declaró ayer firme y públicamente, tras una reunión del Consejo de Seguridad Nacional de Serbia, que no permitirá la violencia ni la escalada de tensiones. En este sentido, estoy plenamente convencido de que así será", afirmó.
Por su parte, Vucic comunicó: "Informé al embajador Botsan-Járchenko de los disturbios en Belgrado y le confirmé que haremos todo lo posible para preservar la seguridad de los ciudadanos y de nuestra Serbia". Según sus palabras, durante el encuentro también se abordaron las relaciones bilaterales entre Rusia y Serbia, la situación en la región y los actuales acontecimientos geopolíticos.
La reunión se produjo al día siguiente de que partidarios de la oposición se concentraran frente al edificio de la Asamblea Municipal, exigiendo la anulación de las elecciones parlamentarias, en las que ganó la coalición de Vucic, Serbia No Debe Detenerse. De acuerdo con el Ministerio del Interior del país, durante las protestas ocho policías resultaron heridos y 38 personas fueron detenidas.
Previamente, Vucic ya señaló que muchos en la región se alegran y celebran la "revolución" en Belgrado y que la situación en el país es "consecuencia de circunstancias geopolíticas mucho más graves con las que se intenta destruir la soberanía y la independencia de Serbia". Por su parte, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, acusó a los países occidentales de intentar influir en la situación política del país, utilizando técnicas que se usaron durante el Maidán, el golpe de Estado perpetrado en Ucrania en el 2014.