Kremlin: "Se ven los intentos de provocar disturbios en Serbia desde el extranjero"

El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, comentó este lunes la situación en Serbia y declaró que se observan los intentos de otras fuerzas de provocar disturbios en el país.

"Son evidentes los procesos y los intentos de las terceras fuerzas, incluso desde el extranjero, de provocar tales disturbios en Belgrado", dijo el vocero.

Cancillería rusa: "Los intentos de Occidente de influir en la situación en Serbia son evidentes"

En ese contexto, Peskov destacó que en el Kremlin están convencidos de que las autoridades serbias podrán garantizar la seguridad y la legitimidad en el país.

"Todo lo que está pasando es un asunto exclusivamente interno de Serbia. En Serbia hay el liderazgo legítimo que, según nuestras convicciones, es capaz de tomar todas las medidas necesarias", afirmó.

Moscú "nunca ha interferido y no planea interferir en los asuntos internos de nadie", dijo, haciendo hincapié en que en particular Rusia no quiere interferir en los asuntos internos de Serbia, que es su aliado y socio.

Después de que la coalición del presidente serbio, Aleksandar Vucic, Serbia No Debe Detenerse, ganara las elecciones parlamentarias, en el país empezaron las protestas de los partidarios del partido de la oposición, Serbia Contra la Violencia. El domingo por la tarde, una multitud se congregó frente al edificio de la Asamblea Municipal. Los manifestantes exigieron la anulación de las elecciones locales de Belgrado, que se celebraron el fin de semana pasado en el marco de los comicios parlamentarios.

Comentando la situación, Vucic declaró que muchos en la región se alegran y celebran la "revolución" en la capital serbia. "Esto es consecuencia de circunstancias geopolíticas mucho más graves con las que se intenta destruir la soberanía y la independencia de Serbia. [...] Defenderemos nuestra Serbia [...] No permitiremos la destrucción del país. Preservaremos nuestro hogar", dijo. Al mismo tiempo, pidió a los ciudadanos del país que "no se preocupen", subrayando que lo ocurrido el domingo "no es una revolución".