Una organización criminal que realizaba falsos operativos policiales y judiciales para ejecutar secuestros extorsivos en Argentina, fue desarticulada recientemente por las autoridades luego que el Departamento Antisecuestros Norte de la Policía Federal Argentina (PFA) realizara 16 allanamientos simultáneos en las ciudades de Rosario y San Nicolás de los Arroyos.
El despliegue policial se realizó el pasado 22 de diciembre como parte de una investigación que dirigen las Fiscalías Federales de San Nicolás y Rosario, y condujo a la detención de cinco hombres y una mujer, señalados por al menos tres secuestros extorsivos en las mencionadas urbes que forman parte de la provincia de Buenos Aires, detalló el Ministerio Público (MP) argentino en un comunicado.
En uno de los allanamientos realizado en la "alcaldía I bis de la Ciudad de Buenos Aires", estaba recluido uno de los delincuentes, quien prestaba colaboración desde adentro. La organización, según el MP, "contaba con una sofisticada logística y capacidad operativa", que incluía 'células' "con roles previamente definidos", donde una parte realizaba el cautiverio de las víctimas, otra las llamadas extorsivas y otra el cobro de rescates.
Los delincuentes seleccionaban a sus víctimas luego de varios meses de seguimiento. "Las capturaban en procedimientos policiales o de notificación judicial simulados o directamente accedían a sus viviendas con llaves de acceso duplicados. Las víctimas eran trasladadas a distintos domicilios que la organización alquilaba a tal fin. Además, exigían millonarias sumas de dinero en dólares para liberar a las personas", detalló la fiscalía.
Según la investigación, los secuestradores utilizaban "patentes e identidades falsas para evitar ser descubiertos", así como también teléfonos celulares sin localizadores o con inhibidores de señal. Para solicitar las sumas por rescate, empleaban equipos con tecnología vieja que entregaban a familiares de las víctimas. Llamaban con diversas líneas desde locaciones diferentes y utilizaban distorsionadores de voz.
Investigación y secuestros
La investigación reseña que el jefe del grupo criminal, que pedía rescates que iban entre 600.000 y 3 millones de dólares, fue capturado en su vivienda. El hombre tiene antecedentes por robos en distintas ciudades y falsificaciones de documentos.
Otro de los detenidos, señalado como "mano derecha del organizador", fue investigado previamente por asociación ilícita y robos agravados. Además había sido detenido años atrás en una persecución policial, donde le incautaron equipo utilizado para secuestros y robos a camiones.
Según medios locales, las autoridades policiales lograron dar con la ubicación del grupo delictivo, porque uno de los teléfonos celulares utilizados para tramitar el rescate no fue bloqueado y a partir de ese error pudieron ubicar la llamada.
El MP empezó a indagar luego que las víctimas denunciaran secuestros extorsivos entre el 20 de julio de 2021 y octubre de 2023 en San Nicolás y Rosario. El primer hecho fue denunciado el 24 de enero del presente año, cuando un hombre dijo que fue interceptado por un auto del que se bajaron dos sujetos con uniformes de la Policía Federal Argentina. Cuando la víctima se identificó, fue obligada a subir a la parte de atrás del carro y lo trasladaron a San Nicolás.
Los secuestradores se comunicaron con el hermano de la víctima para exigirle dinero. Días después de que lo dejaron en libertad, tras el pago del rescate, el hermano recibió otra llamada con una voz distorsionada para advertirle que sabían que denunciaron el crimen y que no habían cumplido con su parte.
El segundo caso ocurrió el 10 de octubre de 2023, cuando una madre y su hijo de 13 años fueron capturados en el estacionamiento del edificio donde vivían. "Las víctimas fueron sorprendidas por cuatro personas, que estaban ocultas en el lugar", y luego las llevaron a San Nicolás. Los liberaron en la noche tras recibir el dinero del rescate. Los delincuentes entraron con una copia de un control remoto de otro propietario.
El tercer secuestro fue el 20 de julio de 2021 cuando un hombre de 74 años caminaba por la costanera del Río Paraná, en Rosario. Un auto gris se le acercó y un hombre le dijo que tenía una notificación judicial y que debía acompañarlo. La víctima accedió porque tramitaba una investigación por estafa.
Momentos después otro sujeto lo encañonó con un arma y lo ataron con cinta en los pies, lo esposaron y le cubrieron el rostro. En el trayecto le quitaron su teléfono celular y llamaron al gerente de una empresa bursátil para pedirle el rescate. La víctima fue liberada en la noche.
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