El acuerdo alcanzado el mes pasado entre Tuvalu y Australia permitirá a unos 280 residentes del país, que se está ahogando gradualmente, trasladarse a Australia, informó The Washington Post.
A ese ritmo, los 11.000 habitantes actuales de Tuvalu tardarían 40 años en abandonar el archipiélago, situado a medio camino entre Hawái y Australia, y de solo 16 kilómetros cuadrados de superficie. Sin embargo, las predicciones sobre la subida del nivel del mar, causada por el calentamiento global, sugieren que Tuvalu podría volverse inhabitable antes de eso.
Anteriormente, en octubre, Tuvalu enmendó su constitución para declarar que la nación mantendrá su condición de Estado y sus zonas marítimas, lo que significa que seguirá afirmando su soberanía y ciudadanía, aunque ya no tenga tierra.
"Como nación, hemos llegado a la sorprendente conclusión de que ahora existimos para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarnos a ellos", declaró el primer ministro de Tuvalu, Kausea Natano, en la COP28 de Dubái.
Un asunto clave en las elecciones
Como señala la publicación, asegurar el futuro de sus ciudadanos es una cuestión clave para las elecciones generales, que se celebrarán el 26 de enero de 2024. Según se informa, es probable que se celebre un referéndum sobre el tratado de la Unión Falepili ('buena vecindad') con Australia, que ofrecía a los tuvaluanos visados y unos 11 millones de dólares para la restauración de la costa, así como el compromiso de ayudar a Tuvalu en caso de catástrofe natural, pandemia o agresión militar.
Sin embargo, el acuerdo también conlleva costes potenciales. Se supone que, si Tuvalu desea unirse a cualquier cooperación en materia de defensa, Canberra tendría que aprobarlo.
Según WP, el tema es ampliamente visto como un intento de bloquear a China, que ha alarmado a Occidente con su creciente presencia en el Pacífico Sur, especialmente en las Islas Salomón, donde Pekín obtuvo el reconocimiento diplomático en 2019 y concluyó un acuerdo de seguridad el año pasado. El primer ministro australiano, Anthony Albanese, declaró anteriormente que dicha medida tenía por objeto "asegurar que las garantías de seguridad de Australia sean efectivas".
Además, el acuerdo no obliga a Australia, uno de los mayores exportadores de combustibles fósiles del mundo, a tomar más medidas contra el calentamiento global, la causa principal de los males de Tuvalu.
"Si Australia cree en ofrecer una vía humanitaria a los tuvaluanos, la mejor forma que tiene de hacerlo es reducir sus emisiones, dejar de abrir minas de carbón, dejar de exportar carbón", dijo Enele Sopoaga, líder de la oposición de Tuvalu, que se ha comprometido a romper el acuerdo si gana el cargo. "Es vergonzoso que Australia salte de repente y diga: 'Tuvalu, puedo ofrecerte una mano salvadora'", añadió.
Otro político de la oposición, Simon Kofe, que anteriormente formó parte del actual gobierno y renunció a la ciudadanía australiana, también criticó el acuerdo. Aunque Australia y Tuvalu "comparten muchos valores", el país no debería verse arrastrado a una lucha geopolítica, y recordó que las islas de Tuvalu, que albergaron aeródromos estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, habían sido bombardeadas.
Anteriormente, hace un año, Tuvalu anunció planes para crear su propia versión digital, replicando islas y lugares emblemáticos del metauniverso. De llevar a cabo esta transformación, será el primer país en replicarse en el metaverso.