El expresidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, habría ordenado realizar espionaje contra sus adversarios políticos durante su mandato, a través de agentes de inteligencia del Estado, según revelan informes oficiales secretos e inéditos que fueron revisados por el medio de investigación The Intercept.
A través de un reportaje publicado este miércoles por The Intercept y que se fundamenta en documentos inéditos de origen oficial, se indica que el exmandatario —que gobernó Brasil entre 1995 y 2003— utilizó agentes encubiertos, realizó "interceptaciones ilegales" y empleó "vigilancia" para espiar al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), al Partido de los Trabajadores (PT) y a líderes opositores.
El autor del reportaje, Paulo Motoryn, indicó en su trabajo periodístico que la información que expone fue obtenida al revisar cientos de informes que fueron elaborados por la Subsecretaría de Asuntos Estratégicos (SAE), antigua Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN).
Además, Motoryn advierte que debido a que la Ley de Acceso a la Información solo permite la divulgación de documentos ultrasecretos hasta después de 25 años, "la escala y los abusos del espionaje político" bajo el gobierno de Cardoso "podrían ser aún mayores".
Según los documentos, el servicio de inteligencia brasileño se logró infiltrar, entre los años 1995 y 1999, con varios agentes e informantes en reuniones del MST realizadas en distintas regiones y elaboró informes para el gobierno de Cardoso, tras interceptar comunicaciones internas de los opositores, donde se detallaban la estructura, líderes, actividades y objetivos, principalmente en las corrientes internas del PT.
Además, los informes indicarían que Cardoso dedicó especial atención al espionaje de João Pedro Stédile, líder del MST, con elaborados expedientes que documentaban sus viajes políticos por Brasil y sus actividades personales.
Controlar el movimiento social
De igual forma, los infiltrados también se dedicaron a estudiar al resto de los opositores y elaboraron una especie de "almanaque" con perfiles políticos y psicológicos detallados, que incluyen aspectos íntimos e informaciones sensibles de los dirigentes brasileños.
La inteligencia espiaba las actividades del MST, la participación de los dirigentes en eventos, ocupaciones de tierras y poder de movilización, esto con el fin de controlar o reprimir las acciones del movimiento social. Además, se encargaron de identificar quiénes eran los líderes más radicales, sobre todo los que tenían "tendencias a la confrontación directa para imponer ideales revolucionarios".
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