Las relaciones de Taiwán con China deben ser determinadas por la voluntad del pueblo que busca "paz con dignidad", afirmó el lunes la líder taiwanesa, Tsai Ing-wen, en su discurso de Año Nuevo publicado en su página oficial.
En este contexto, Tsai señaló que lo más importante es seguir los principios de la democracia, así que Pekín debería respetar la elección del pueblo de la isla en las próximas elecciones presidenciales que se celebrarán el 13 de enero. "Después de todo, somos un país democrático", enfatizó.
Reiterando que mantener la paz y la estabilidad en la región es "la responsabilidad común a ambos lados del estrecho de Taiwán", Tsai elogió la modernización de la defensa taiwanesa llevada a cabo en los últimos años, que incluye, entre otros, la botadura del primer submarino de fabricación propia, llamado Hai Kun.
"Todos instalan puertas y cerraduras en sus casas, no para provocar a los vecinos de al lado, sino para estar más seguros. Lo mismo ocurre con nuestra familia y nuestro país", explicó la política. "El pueblo de Taiwán quiere la paz, pero lo que queremos es 'paz con dignidad'. Solo con determinación podremos defender la dignidad y con fuerza podremos garantizar la paz. Y una paz digna es una paz apoyada por socios democráticos, y los valores universales del mundo están al lado de Taiwán", aseveró.
Además, Tsai Ing-wen sostuvo que la industria de Taiwán debería tomar el camino "correcto" de diversificación de riesgos y desarrollo de su presencia global en lugar de volver a depender de China, cuyo mercado plantea riesgos "impredecibles".
En referencia a la reciente amenaza del Gobierno chino de imponer nuevas sanciones comerciales a Taiwán si el partido gobernante se adhiere "obstinadamente" a apoyar la independencia, la líder taiwanesa señaló que no se puede "convertir los intercambios económicos y comerciales en herramientas políticas".
Las declaraciones de Tsai Ing-wen se producen después de que el presidente chino, Xi Jinping, afirmara que la reunificación con la isla es "una inevitabilidad histórica", lo que representa un mensaje más fuerte que el del año pasado, cuando Xi sostuvo que los habitantes tanto de la China continental como de Taiwán son "miembros de una misma familia".