El ministro provisional de Asuntos Exteriores del Líbano, Abdallah Bou Habib, dio instrucciones el viernes al representante permanente del país ante las Naciones Unidas para que presente una queja formal ante el Consejo de Seguridad tras el presunto ataque israelí a una zona residencial de Beirut, que dejó varios muertos, entre ellos Saleh al Arouri, un alto cargo de Hamás y fundador de su ala militar, las Brigadas al Qassam.
El diplomático hizo hincapié en la gravedad del incidente, calificándolo de "la escalada más peligrosa desde 2006", cuando tuvo lugar el último gran conflicto entre Israel y el Líbano, que duró 34 días y terminó con un alto el fuego mediado por la ONU. En su llamamiento, el Líbano instó al Consejo de Seguridad de la ONU a condenar el ataque, presionar a Israel para que cese su operación en la Franja de Gaza y tomar medidas decisivas para detener nuevas agresiones del país hebreo contra su territorio.
Las autoridades del país señalaron que el ataque se dirigió específicamente contra una zona residencial densamente poblada, constituyendo una clara violación de la soberanía, la integridad territorial y la seguridad de la población civil y la aviación.