Un año después del asalto a las tres sedes del poder del Estado de Brasil del 8 de enero de 2023, que tuvo lugar ocho días después de la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, el 89 % de los brasileños desaprueba los sucesos, según una encuesta realizada por Quaest y citada por el diario Folha de São Paulo.
Mientras, solo el 6 % dijo que aprueba lo ocurrido y otro 4 % no sabe o no quiere contestar. Se realizaron 2.012 entrevistas a brasileños mayores de 16 años entre el 14 y el 18 de diciembre.
Entre los votantes de Lula, el 94 % de los encuestados declaró desaprobar los ataques y el 4 % aprobarlos. Entre los encuestados que votaron en las últimas elecciones a favor del exmandatario Jair Bolsonaro, el 85 % dijo estar en contra del asalto y el 11 % a favor.
Quaest también preguntó si el expresidente de ultraderecha tuvo alguna influencia en los sucesos del 8 de enero, y el 47 % dijo que sí, frente al 43 % que señaló no ver ninguna influencia.
Lula acusó a su predecesor de organizar el asalto. "Creo que hay un responsable directo, que planeó todo esto y que cobardemente se escondió y abandonó Brasil de antemano, y ese fue el expresidente de la república", afirmó el actual jefe de Estado, arremetiendo contra el ultraderechista.
Al menos 1.500 personas fueron detenidas tras el asalto en Brasilia. La Fiscalía presentó un total de 1.390 denuncias contra personas acusadas de participar en los ataques. El propio expresidente Jair Bolsonaro, que tiene suspendidos sus derechos políticos por ocho años por "abuso de poder y uso indebido de medios de comunicación" para deslegitimizar el sistema electoral, es investigado por su presunta incitación a los ataques.