La erupción volcánica que empezó este domingo en la península de Reykjanes, en el suroeste del Islandia, está dejando a personas sin hogar en el país por primera vez en más de 50 años, después de que los flujos de lava alcanzaran un pueblo pesquero, incendiando varias casas.
Al menos tres edificios de la localidad de Grindavik, cuyos habitantes fueron evacuados antes de la erupción, resultaron quemados el domingo por la tarde, después de que se abrieran fisuras en el suelo expulsando lava, según se puede apreciar en imágenes en directo de la emisora pública RUV.
Los flujos de lava escurren en una zona cercana a donde tuvo lugar una erupción de tres días en diciembre, situada a unos 40 kilómetros de Reikiavik, la capital del país.
Aunque las erupciones son bastante frecuentes en el país, los islandeses no habían experimentado un evento que amenace áreas habitadas a tal escala desde 1973, cuando parte de la localidad de Heimaey, en la isla del mismo nombre, quedó sepultada bajo la lava.