El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, aseguró que su país no desea una guerra, aunque tampoco tiene intención de evitarla, según lo expresó este lunes en una reunión parlamentaria, informa la Agencia Telegráfica Central de Corea. En su intervención, el mandatario norcoreano precisó que Pionyang no quiere desencadenar un conflicto de forma unilateral a menos que se le provoque.
"Si la República de Corea invade nuestro territorio, espacio aéreo o aguas, aunque sea por 0,001 milímetros, lo consideraremos una provocación bélica", aseveró, añadiendo que en ese caso Pionyang no reconocerá la línea de límite norte, la frontera marítima intercoreana 'de facto'.
El mandatario norcoreano aseguró que en caso de que llegue a haber un conflicto bélico en la península coreana, su país "aniquilará terriblemente a Corea del Sur" y "EE.UU. sufrirá desastres y derrotas inimaginables".
De otra parte, Kim pidió reformar la Constitución de Corea del Norte para definir a su vecino del sur como el "país hostil número 1" y promulgar el compromiso de "ocupar completamente" el territorio surcoreano en caso de guerra entre ambas naciones.
Por otro lado, Pionyang ha decidido abolir tres organismos destinados a promover el diálogo y la cooperación intercoreanos: el Comité para la Reunificación Pacífica del País, la Oficina Nacional de Cooperación Económica y la Administración de Turismo Internacional de Kumgangsan.