La justicia argentina liberó por falta de pruebas a dos ciudadanos argentinos y a un sirio, nacionalizado colombiano, que habían sido acusados de formar parte de una supuesta "célula terrorista internacional" que, al final, resultó inexistente.
Los imputados fueron detenidos el pasado 30 de diciembre, luego de una serie de denuncias anónimas que dieron inicio a una historia de ribetes cinematográficos que involucró a EE.UU., Israel, Colombia, Venezuela, Siria y Yemen, e incluyó alarmistas declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y del vocero presidencial, Manuel Adorni.
"Neutralizamos la llegada de una posible célula terrorista al país", presumió el Ministerio de Seguridad el pasado 3 de enero, en un comunicado en el que aseguró que "tres ciudadanos de origen sirio y libanés" llegaron a Buenos Aires en diferentes vuelos y se reunieron para planear un atentado.
Una de las principales "pruebas", según el Gobierno, era que iban a recibir un paquete de 35 kilos de un producto desconocido desde Yemen.
El vocero presidencial felicitó públicamente a Bullrich por "el trabajo de inteligencia sumamente profesional" que supuestamente había realizado junto con la justicia, en aras de luchar "contra el terrorismo".
Según la ministra, la alerta se encendió debido a que los supuestos involucrados se alojaron en un hotel cercano a la embajada de Israel en Buenos Aires. En su momento, Bullrich aseguró que investigación tuvo colaboración de agentes de EE.UU., además de un policía argentino que había tomado cursos de "antiterrorismo" en Colombia.
Sin pruebas
Pero los acusados no eran tres sirios libaneses. En realidad se trataba de un profesor de tenis de mesa, un peluquero y un falso agente estadounidense.
El único sirio era el profesor, quien también cuenta con pasaporte colombiano porque radica en ese país. De hecho, el consulado del país latinoamericano ratificó que sus documentos eran reales. Además, vivió en Venezuela, lo que la ministra consideró todavía más sospechoso. Fue detenido al llegar a Buenos Aires, en cuanto salió del aeropuerto.
El peluquero es argentino y fue señalado como supuesto cómplice del profesor de tenis de mesa. Los peritajes a los teléfonos de ambos demostraron que jamás habían tenido contacto alguno.
El tercer detenido fue otro argentino que dijo ser "agente inorgánico" de la embajada de EE.UU. en el país sudamericano, aunque no pudo probarlo, y que fue quien denunció a la supuesta célula con base en conjeturas que él mismo armó.
Dos semanas después de su captura, la jueza María Eugenia Capuchetti dictó la libertad de los tres por falta de pruebas. Sin embargo, como la causa sigue abierta, tendrán que acudir al juzgado una vez al mes y no podrán salir del país hasta que la investigación se cierre por completo.