"Vergüenza indeleble": Rusia rechaza la iniciativa de demoler el monumento al soldado soviético en Bulgaria

Durante décadas, el monumento a Alexéi Skurlátov fue símbolo de la amistad ruso-búlgara.

La Duma Estatal, la Cámara Baja del Parlamento ruso, ha expresado "extrema indignación" por la propuesta de los miembros del Concejo municipal de la ciudad de Plovdiv del partido Demócratas por una Bulgaria Fuerte (DSB, según sus siglas en búlgaro) de desmantelar el monumento al soldado libertador soviético, conocido como 'Aliosha', para finales de 2024.

El monumento lleva el nombre de Alexéi Skurlátov, un soldado soviético que sirvió de prototipo para la estatua. La canción 'Aliosha' (el diminutivo de Alexéi) fue también el himno oficial de la ciudad de Plovdiv hasta 1989.

"En agosto de 1982, Alexéi Skurlátov fue recibido en Plovdiv con grandes honores como héroe nacional y recibió el título de ciudadano honorario de la ciudad", recuerda la declaración publicada en la página web de la Duma.

"La bárbara iniciativa, si cuenta con el apoyo del Concejo municipal de Plovdiv, será una vergüenza indeleble tanto para quienes la iniciaron como para las autoridades legislativas y ejecutivas de la ciudad, y demostrará claramente la insuficiencia y la miopía política de las autoridades de Plovdiv", reza el documento.

La declaración recordó que el partido DSB es conocido por su "rabiosa rusofobia" y "participa activamente en todas las aventuras de la OTAN".

En este sentido, los parlamentarios rusos señalaron que "fue el gobierno del fundador del partido, Iván Kostov, el que concedió espacio aéreo búlgaro para los ataques de la OTAN contra Yugoslavia en 1999, a pesar de las numerosas protestas de los ciudadanos búlgaros".

"Otro acto imprudente de los representantes del partido DSB es una franca demostración de desdén por la historia de su país, un vil intento de ultrajar la memoria histórica común de nuestros pueblos hermanos, un deseo maníaco y desesperado de menospreciar la hazaña heroica de los soldados soviéticos y la contribución decisiva de la URSS y del pueblo soviético en la lucha contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial", afirmó la Duma Estatal al expresar su confianza en que el emblemático monumento sea defendido no solo por los habitantes locales, sino también por otros ciudadanos del país.

Este no sería el primer intento de demoler lo que fue un símbolo de la amistad ruso-búlgara. A finales del siglo XX, durante una ola de la llamada 'desovietización' que se extendió por Europa del Este, se registraron varios intentos de derribar el monumento.

Así, en 1989, los vecinos de Plovdiv estuvieron varias noches de guardia en los alrededores del monumento para evitar su destrucción. Más adelante, en 1993, un nuevo intento de demolerlo se produjo por iniciativa del alcalde de la urbe, pero organizaciones públicas se levantaron para proteger la obra. Finalmente, en 1996, tras otro intento, el Tribunal Supremo de Bulgaria dictaminó que el monumento al soldado soviético es un patrimonio cultural y no puede ser desmantelado.