La red de túneles en la Franja de Gaza, una obra en la que Hamás no ha escatimado esfuerzos en los últimos 15 años, es tan extensa que Israel tardaría años en destruirla, estimó un alto funcionario israelí con el que habló bajo condiciones de anonimato The New York Times.
El inicio de la operación terrestre en el enclave palestino permitió a las fuerzas israelíes reevaluar la magnitud de las construcciones subterráneas. Y si bien en diciembre creían que estas se extendían por 400 kilómetros, ahora calculan que suman entre 560 y 725 kilómetros, si no más, indicaron fuentes del periódico.
Las cifras son extraordinarias para un territorio que no tiene más de 40 kilómetros de largo en su punto más prolongado, y dejan asombrados tanto a los funcionarios y soldados israelíes que han estado en algunos de los túneles, como a los funcionarios y exfuncionarios estadounidenses que cuentan con experiencia en la región, todos los cuales destacan su alcance, profundidad y calidad, e incluso la maquinaria que se requirió para la construcción.
Dos funcionarios estimaron que hay alrededor de 5.700 pozos de acceso y rampas que conducen a los túneles de Hamás, algunos de ellos lo suficientemente espaciosos como para que algún alto cargo del movimiento palestino pudiera pasar en coche, otros de unos siete pisos de profundidad o de casi tres campos de fútbol de longitud.
Muchos fueron construidos con especificaciones de infraestructura civil y, según los militares israelíes, bajo puntos sensibles, como colegios y hospitales.
Un informe de 2015 documentó que Hamás había gastado más de tres millones de dólares en la construcción de esos pasadizos por toda la Franja de Gaza, mientras que un documento de 2022 sostuvo que el movimiento asignó un millón de dólares solo para las puertas de los túneles, talleres subterráneos y otros gastos en Jan Yunis, la ciudad más grande del sur del enclave palestino, bajo la que se han detectado 160 kilómetros de túneles.
Los recientes intentos de inutilizar los túneles de Hamás inundándolos con agua de mar han fracasado. Destruirlos no será una tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta que primero habrá que localizarlos, comprobar que no hay rehenes dentro y luego no solo demolerlos, sino asegurarse de que sea imposible repararlos, afirmó un funcionario israelí al periódico.
Si bien Hamás ha mejorado su capacidad para ocultar esas construcciones, las fuerzas israelíes descubrieron que el grupo tiene un modelo operativo que denominaron de "triángulo", agregó el funcionario. Siempre que los israelíes encuentran una escuela, un hospital o una mezquita, suelen localizar también un sistema de túneles subterráneos bajo ellos.
Un soldado que habló con The New York Times contó que había participado en la destrucción de unos 50 túneles en Beit Hanun, en el norte de Gaza. Todos ellos estaban equipados con bombas y otros explosivos, cableados para ser activados a distancia.
Las Fuerzas de Defensa de Israel no han revelado el número de muertos y heridos en las operaciones realizadas en los túneles. Oficialmente, casi 190 soldados israelíes han muerto y unos 240 han resultado gravemente heridos en los combates desde el inicio de la campaña terrestre en Gaza.