El jubilado militar ruso Borís Katkov, deportado de Letonia tras vivir durante 57 años en el país, declaró el martes que su caso no sería el último, ya que las autoridades letonas expulsarán en un futuro próximo a más de 2.000 personas con ciudadanía rusa.
Además, dijo que no cree en la justicia de la república báltica, que ahora tiene la intención de expulsar a su familia del país.
"Me dieron una hora para hacer las maletas"
Borís Katkov, de 82 años, fue expulsado de Letonia el viernes pasado bajo el pretexto de que representa una "amenaza para la seguridad nacional". Durante su larga vida en el país europeo tuvo hijos, nietos y bisnietos que se convirtieron en ciudadanos de pleno derecho de la república.
Sin embargo, en agosto de 2022, el Gobierno letón decidió ampliar los permisos de residencia temporal en Letonia a los ciudadanos rusos solo en casos excepcionales, y expedirles permisos de residencia permanente únicamente si aprueban un examen estatal de lengua con un nivel no inferior al A2 antes de septiembre de 2023.
Todos los que no cumplieron con este requerimiento fueron citados a departamentos especiales para mantener una conversación al respecto. Hace un mes, Borís Katkov recibió el mismo mensaje.
"Las conversaciones duraron dos días, tres horas cada día. Se interesaban por dónde había nacido, cómo vivía, cómo me habían educado. No podía imaginar que basándonos en estas conversaciones llegarían a una conclusión, y que el servicio de contrainteligencia informaría al ministro del Interior de que yo era una persona peligrosa", expresó el hombre deportado.
Al poco tiempo recibió un correo electrónico con una carta firmada por el Ministerio del Interior letón en la que se le comunicaba que se le había privado del permiso de residencia permanente, pero que disponía de un mes para apelar la decisión.
"Pensé que tendría tiempo. Tendría tiempo para ocuparme de mis propios asuntos. Pero a la mañana siguiente un coche se detuvo frente a la casa. Eran guardias fronterizos. Me dijeron que iba a ser detenido y deportado inmediatamente", contó.
"No me explicaron nada en absoluto. Simplemente me entregaron [un documento que decía] que me habían anulado el permiso de residencia, que no podía entrar en Letonia, que estaba en la lista negra", relató Katkov a RIA Novosti el lunes. "Me dieron una hora para hacer las maletas [...] Tomé las cosas que a mi mujer le dio tiempo a empaquetar en una hora", se quejó.
"Se trata de una orden política"
El propio Katkov sugirió que su deportación fue por motivos políticos. "He vivido 57 años [en Letonia] y ahora me convierto en una amenaza. De hecho, se trata de una orden política para desalojar a casi 2.000 personas de Letonia. [Las autoridades] llevan mucho tiempo trabajando en ello y han decidido empezar por mí, como el jefe de la mayor asociación de compatriotas de Letonia", expresó.
"La segunda opción. Hay razones para creer que influyó la atracción de jóvenes rusos para estudiar en [la ciudad rusa de] Kaliningrado. Durante 15 años de trabajo envié a más de 400 personas, estudiaron allí y se quedaron. Esto debe de haberles molestado [a las autoridades letonas]", continuó. Katkov explicó que los servicios especiales de la república podrían haber pensado que los jóvenes que habían ido a estudiar a Rusia podrían haber sido reclutados y luego enviados de vuelta a Letonia. No obstante, el hombre calificó tal versión de "completo disparate", porque todos los estudiantes se quedaron en Rusia.
"Ya no habrá nada bueno para los rusos en Letonia"
En general, Katkov afirmó que "ya no habrá nada bueno para los rusos en Letonia", pues las autoridades están haciendo insoportable su vida en el país. "A quienes no aprobaron el examen en septiembre o escribieron cartas de rechazo se les cerraron todas las cuentas, incluidas las de pensiones. Ahora la gente no recibe atención médica, no tiene dinero. Ni siquiera entiendo cómo viven", denunció.
También opinó que Letonia se está convirtiendo en un análogo de Ucrania. "Se está alimentando el odio más real hacia los rusos: han prohibido la lengua, la cultura, han destruido monumentos, han cambiado el nombre de las calles. Ahora se plantean no utilizar la lengua rusa en la vida cotidiana", explicó.
"Estoy moralmente destrozado"
Además, Katkov reveló que quería abandonar Letonia en 1991, pero le convencieron para que se quedara, prometiéndole que todo estaría bien. "[Tras el incidente de deportación] incluso llamé al expresidente [de Letonia], diciéndole: 'Bueno, Andris [Berzins], ¿es esto normal?'. Al principio ni siquiera se creía la carta que recibí sobre la deportación", relató.
Actualmente, el jubilado se encuentra en la ciudad rusa de Kaliningrado y vive en una residencia de la Universidad Federal Báltica Immanuel Kant, a la que ayudó a encontrar estudiantes y donde imparte clases. En el vídeo compartido por medios rusos, el hombre habla entre lágrimas de su traslado y dice estar "moralmente destrozado".
Sin embargo, Katkov destacó que su caso demuestra que los ciudadanos rusos que siguen en Letonia podrán recibir el apoyo adecuado de Moscú si llegan a ser expulsados.
Reacción de Rusia
En la actualidad, 1.167 rusos que no han podido aprobar el examen de lengua letona están en riesgo de deportación, 789 de ellos mayores de 60 años. Los rusos de edad avanzada son quienes más dificultades enfrentan a la hora de cumplir con dicha exigencia, necesaria para prorrogar sus permisos de residencia.
El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró el martes que lo que está ocurriendo en los países bálticos afecta directamente a la seguridad de Rusia, informa TASS.
"Lo que está ocurriendo ahora en Letonia, en otras repúblicas bálticas, cuando se arroja a los rusos justo al extranjero, son cosas muy graves, que afectan directamente a la seguridad de nuestro país", aseveró.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, denunció que la decisión de Riga "viola gravemente el principio de no separación de la familia" e infringe las provisiones del acuerdo intergubernamental dedicado a la protección social de los jubilados militares rusos y sus familiares.