El embajador francés en Rusia, Pierre Lévy, llegó el viernes al Ministerio de Asuntos Exteriores, situado en Moscú, adonde fue convocado después de que las Fuerzas Armadas rusas atacara un emplazamiento con mercenarios extranjeros en la ciudad ucraniana de Járkov.
Rusia destruyó la noche del 16 de enero el edificio donde se encontraban más de 60 combatientes extranjeros en Ucrania, la mayoría de los cuales eran franceses.
La Cancillería de Rusia le expuso al diplomático francés las consecuencias de la creciente implicación de París en el conflicto ucraniano. El organismo señaló a Lévy que las muertes de sus compatriotas son responsabilidad de Francia, que aprueba el mecanismo de reclutamiento de mercenarios.
Asimismo, según el Ministerio de Exteriores ruso, la participación de Francia en la "guerra subsidiaria" y el constante aumento de los suministros de armas no coinciden con las declaraciones de llamamiento a la paz. Tales acciones provocan la escalada de acciones militares, resultan en múltiples víctimas entre la población civil y convierten al país en "cómplice" del régimen de Kiev, reza el comunicado.