El Reino Unido ha realizado una prueba de combate del sistema de armas de energía dirigida por láser de largo alcance (LDEW, por sus siglas en inglés) DragonFire, y por primera vez ha logrado alcanzar un objetivo aéreo, comunicó este viernes el Ministerio de Defensa del país.
El disparo de alta potencia fue efectuado en el campo de tiro Hebrides del organismo, situado frente a la costa noroeste de Escocia. Aunque los datos sobre el alcance no se han revelado, se informa que el láser es capaz de golpear "cualquier objetivo visible" a la velocidad de la luz, atravesándolo y destruyendo sus estructuras.
Además, la institución indica que DragonFire puede ser una alternativa de bajo coste para las tareas que normalmente llevan a cabo los misiles. Encenderlo durante 10 segundos equivale al coste de utilizar un calefactor normal durante una hora, es decir, menos de 10 libras esterlinas (alrededor de 13 dólares) por disparo.
"Este tipo de armamento de vanguardia tiene el potencial de revolucionar el espacio de combate al reducir la dependencia de la costosa munición, disminuyendo al mismo tiempo el riesgo de daños colaterales", señaló el secretario de Defensa, Grant Shapp.
Basándose en investigaciones y pruebas previas exitosas, el organismo británico anunció su intención de financiar un programa multimillonario para implementar el arma en su práctica militar real.