La revista analítica Rusia en la Política Global consultó a Rasigan Maharajh, director general del Instituto de Estudios Económicos en el Área de Innovaciones, adscrito a la Universidad Tecnológica Tshwane, en Sudáfrica, para conocer su opinión sobre las consecuencias que podría conllevar la demanda presentada por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya contra Israel por crímenes de genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza.
El primer fallo del panel, que debe anunciarse este 26 de enero, no aborda la cuestión principal de si el país hebreo está cometiendo genocidio, sino que examina posibles medidas de emergencia, entendidas como una especie de orden de restricción, mientras estudia el caso en su totalidad, lo que normalmente podría llevar años.
Independientemente de cuál sea el veredicto, "el mundo entero verá las acciones reales del 'Occidente colectivo' y su deseo de continuar asegurando su propia hegemonía en el sistema mundial", afirmó Maharajh.
"Las élites occidentales han quedado al descubierto"
El experto recordó que la demanda presentada por Sudáfrica se basa en al menos seis puntos: genocidio, conspiración con el fin de cometer genocidio, incitación directa y pública al genocidio, intento de genocidio, complicidad en genocidio e imposibilidad de prevenir un genocidio.
"Por lo tanto, la presentación de acusaciones hacia Israel es parte de un amplio y 'clínico' camino de Sudáfrica, que reconoce y tiene en cuenta lo que ella misma ha hecho en el pasado", remarcó Maharajh, haciendo referencia al turbulento pasado político del país. Asimismo, el experto recordó las palabras de Nelson Mandela, quien dijo: "Sabemos muy bien que nuestra libertad será incompleta sin la libertad de los palestinos".
Esa expresión está en la raíz de la demanda presentada contra Israel, aseguró Maharajh. "Es el impulso más fuerte por parte de Sudáfrica, que permitió poner en primer plano una cuestión que durante mucho tiempo había estado relegada al margen de la discusión: el problema palestino".
"Gracias a esto, me parece, por primera vez se expusieron los sentimientos, populares en su mayoría absoluta, sobre la hipocresía, la falta de sinceridad, la deshonestidad y la falsedad de la élite gobernante del 'Occidente colectivo'. Las élites occidentales han quedado al descubierto", manifestó. "En el caso de Palestina, es importante afirmar que el genio realmente se encuentra en libertad y no es posible volver a encerrarlo en la botella", señaló el experto.
¿Se cumplirá la decisión de La Haya?
Comentando la primera decisión que anunciará La Haya esta semana, Maharajh expuso dos ocasiones en que su veredicto no se cumplió: cuando el Gobierno albanés se negó a pagar una recompensa al Reino Unido tras el incidente en el canal de Corfú y cuando EE.UU. se negó a pagar reparaciones al pueblo de Nicaragua por financiar y apoyar a 'los contras'.
Sin embargo, entre estos casos y el punto de la historia en el que nos encontramos ahora, "se recorrió un largo camino", aunque seguimos encontrándonos con "un apoyo masivo a las ideas del racismo, el etnonacionalismo, el colonialismo y la supremacía blanca. De hecho, estos son todos aquellos elementos que en el siglo XXI pueden atribuirse a manifestaciones del fascismo", expuso.
De acuerdo con sus palabras, "en el orden internacional basado en reglas, las reglas se aplican de manera selectiva y sesgada para proteger y expandir la hegemonía del 'Occidente colectivo'". Maharajh reiteró que, en su esencia, se trata de "un sistema de intercambio desigual" que caracteriza las relaciones internacionales.
"Los objetivos de un orden basado en reglas son contrarios a la voluntad de los 8.000 millones de personas que hoy representan a la humanidad", destacó.
Censura
Asimismo, el experto habló de la censura existente en los países occidentales, que no permite apoyar al pueblo palestino. No se permite preguntar por qué "están matando a tantas personas, la gran mayoría de ellas mujeres y niños". A pesar de la muerte de más de 23.000 personas, el 'Occidente colectivo' sigue sin pronunciarse a respecto.
"Se envían buques de guerra estadounidenses para proteger a barcos comerciales en el mar Rojo, y no para proteger a la gente de Palestina, que muere todos los días. Esto demuestra claramente una vez más la hipocresía de Occidente, que el mundo entero parece haber visto ahora. No puedes volver a meter al genio en la botella", concluyó.
La demanda
El 29 de diciembre, Sudáfrica presentó una solicitud para iniciar un procedimiento contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya en relación con los actos "de carácter genocida" cometidos en la Franja de Gaza y buscar la suspensión urgente de la campaña militar israelí.
La decisión de Sudáfrica de demandar al país hebreo fue apoyada por la Organización de Países Islámicos, formada por 57 Estados, así como por Malasia, Turquía, Jordania, Bolivia, Venezuela, Maldivas, Namibia, Pakistán y más de 900 organismos y grupos sociales.
Tel Aviv rechazó las acusaciones durante las audiencias y manifestó que es la ONU quien debería someterse a juicio. "Es la ONU la que debería ser juzgada en La Haya por hacer la vista gorda y, por tanto, actuar como cómplice en la excavación de túneles terroristas en Gaza, en el uso de ayuda internacional para la producción de misiles y cohetes, y en la educación del odio y el asesinato", aseveró Gilad Erdan, representante permanente israelí ante el organismo internacional.
Por su parte, el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, declaró que Berlín se opone a la "instrumentalización política" de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio e insiste en que "Israel se defiende contra el ataque inhumano de Hamás". Añadió que las acusaciones de Sudáfrica contra Tel Aviv "no tienen fundamento", por lo cual Berlín tiene la intención de intervenir como una tercera parte durante la audiencia principal.