El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Nasser Kanaani, ha rechazado este lunes los reportes de que China supuestamente presionó al Gobierno del país persa para que frenara los ataques de los hutíes contra los buques que navegan por el mar Rojo que han provocado interrupciones del comercio marítimo, afectando a barcos chinos.
"Como dos países partidarios de la convergencia, hemos expresado nuestro compromiso y postura sobre el establecimiento de la justicia regional, la solución de conflictos y la contención de las tensiones", declaró el vocero en Teherán, calificando los rumores sobre Pekín de "fundamentalmente" erróneos y recordando que la Cancillería china también los rechazó.
Tras hacer referencia a las constantes consultas entre los dos países, Kanaani afirmó que la postura explícita de Teherán y Pekín es que "los acontecimientos en el mar Rojo son el desbordamiento de la crueldad descarada que estamos presenciando en Gaza" contra el pueblo palestino.
También desvinculó al Gobierno iraní de la supuesta participación en el reciente ataque con dron contra las fuerzas estadounidenses en el noreste de Jordania, cerca de la frontera con Siria, subrayando que las facciones de resistencia que operan en la región no reciben ninguna orden de Teherán y actúan bajo sus propias decisiones.
"Irán no saluda la expansión de los enfrentamientos en la región y tampoco interviene en las decisiones tomadas por los grupos de resistencia sobre cómo apoyar a la nación palestina o defenderse a sí mismos y a los pueblos de sus países contra cualquier acto de agresión y ocupación", expresó.
El vocero de la Cancillería iraní denunció las "repetidas acusaciones infundadas" contra su país como un intento de echar la culpa a otros y como un complot tramado por las partes interesadas en enredar a EE.UU. en un nuevo conflicto en la región y provocarlo para exacerbar la crisis con el fin de encubrir sus propios problemas.
En ese sentido, recordó las constantes violaciones de la soberanía nacional de Irak y Siria por parte de las fuerzas estadounidenses, así como los atentados con bombas en Irak, Siria y Yemen, que han intensificado el "ciclo de inestabilidad".