La pieza del fuselaje del Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines que se desprendió durante el vuelo a principios de enero, supuestamente no estaba atornillada cuando el avión salió de la fábrica de Boeing, informa The Wall Street Journal citando fuentes familiarizadas con el asunto.
Los empleados del fabricante de aviones no habrían atornillado los pernos después de reinstalar la puerta de emergencia del avión. En este sentido, las fuentes del diario señalaron que el propio tapón de la puerta del avión de Alaska Airlines al parecer carecía de marcas que indicaran que los pernos estaban colocados cuando la aeronave despegó el día del incidente.
El proveedor, Spirit AeroSystems, entregó el fuselaje del 737 MAX 9 a la fábrica de Boeing con el tapón de la puerta instalado. Sin embargo, el medio enfatizó que no ha sido posible determinar cuántas personas participaron en el proceso de instalación de la puerta del avión.
Además, las fuentes destacaron que hubo errores de documentación y de proceso en la planta de Boeing en Renton, relacionados con el trabajo efectuado con la puerta.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, siglas en inglés) de EE.UU. adelanta un análisis metalúrgico de la pieza que se desprendió, y sus resultados mostrarán si los pernos estaban colocados o no el día del incidente. Se espera que los resultados se hagan públicos esta semana.
Anteriormente, la compañía aérea estadounidense United Airlines descubrió tornillos sueltos en los paneles de las puertas de varios Boeing 737 Max 9, durante las inspecciones que realizó la propia aerolínea tras el incidente de Alaska Airlines.
- A principios de enero, la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA, por sus siglas en inglés) ordenó la inmovilización temporal de los aviones Boeing 737 MAX 9, tras el incidente de despresurización en el vuelo de Alaska Airlines. El avión, recién estrenado, se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Oregón (Portland) después que parte del fuselaje se desprendiera en pleno vuelo.
- Esta no es la primera vez que se ordena mantener en tierra los aviones 737 MAX, el modelo más vendido de Boeing. Tras los dos accidentes mortales que en 2018 y 2019 costaron la vida de 346 personas en Etiopía e Indonesia, por fallas vinculadas a un 'software' de cabina mal diseñado, este modelo de avión fue inmovilizado durante 20 meses en todo el mundo.