El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, desechó este martes la posibilidad de indultar a Mario Aburto Martínez, asesino confeso de Luis Donaldo Colosio, el candidato presidencial del entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El lunes, el alcalde de Monterrey e hijo del candidato asesinado, Luis Donaldo Colosio Riojas, le pidió al mandatario mexicano que indulte a Aburto para "cerrar ese capítulo".
"Aprovecho para contestarle al hijo de Luis Donaldo, que me pide que yo indulte: quiero contestar que no puedo hacerlo. Sé que él ya no quiere ni su familiares, saber nada de esto que fue terrible, pero se trata de un asunto de Estado (...). Yo quiero que, en lo que a mí corresponde, no se deje de investigar", dijo.
"Ningún crimen se debe permitir, pero este es un asunto de Estado. Por lo general, la máxima en el argot del poder es que los crímenes de Estado nunca se aclaran, entonces no debemos nosotros decir 'ya vamos a darle vuelta a la hoja'", añadió.
La Fiscalía General de la República (FGR) informó el lunes de que tiene pruebas de la existencia de un segundo tirador contra Colosio, quien murió a balazos en un acto público en Tijuana en 1994.
Se trataría de Jorge Antonio Sánchez, un agente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), organismo de espionaje del gobierno mexicano.
La FGR también detalló que Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, condenado el año pasado por narcotráfico en EE.UU, era entonces subdirector operativo del Cisen y en "evidente encubrimiento delictivo" liberó y "rescató" a Sánchez tras el asesinato.
"Una connotación distinta"
"Si es un tirador solitario, esa es una motivación, aunque sea redundante, personal. Si interviene otro personaje y, además, es de una institución del Estado, ya hay una connotación distinta", dijo López Obrador.
Después de casi 30 años, el asesinato de Colosio sigue estando rodeado de misterio. El mismo día del crimen, las autoridades capturaron a Aburto, al que se sindicó como autor material del homicidio contra el candidato que tenía altas posibilidades de gobernar México en el período 1994-2000.
No obstante, nunca se aclaró el móvil del atentado. Se insistió en la tesis del "tirador solitario" que buscaba fama con un delito de alto perfil, y a posteriori se conoció que Aburto declaró su culpabilidad bajo tortura.
Pese a las fallas y vacíos de la investigación, nadie más fue imputado y tampoco se logró establecer la identidad de los autores intelectuales. En su lugar, el proceso siguió adelante y se transó con una condena a 45 años de prisión, que eventualmente podrían reducirse a 30, si se mantiene la anulación de condena que recibió el inculpado en noviembre de 2023.
Mientras, tanto Aburto como sus familiares han insistido en denunciar que él no asesinó a Colosio y que sus derechos humanos han sido violentados reiteradamente por el Estado mexicano.