El presidente de EE.UU., Joe Biden, y la primera dama, Jill Biden, se reunieron el viernes con las familias de los tres soldados muertos el pasado domingo en un ataque con un dron contra la base estadounidense Torre 22, en Jordania, que también dejó más de 40 heridos, y participaron en una ceremonia solemne en la que los restos de los caídos regresaron al país norteamericano, informan medios locales.
El presidente y su esposa asistieron a la ceremonia en la Base Aérea de Dover junto con otros funcionarios estadounidenses, entre ellos el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, Charles Q. Brown Jr.
La familia Biden observó con las manos sobre el corazón cómo tres ataúdes envueltos en banderas eran retirados de un avión C-5 y llevados por personal militar a una furgoneta.
Biden responsabilizó a los "grupos militantes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak" de perpetrar el ataque contra la base en Jordania.
Sin embargo, la nación persa ha negado las acusaciones de la parte estadounidense acerca de su apoyo a esos grupos, denunciando que "tales afirmaciones se hacen con objetivos políticos específicos para invertir las realidades de la región", amenazando "la paz y la estabilidad regional e internacional".
Mientras, esta jornada, Washington empezó a lanzar ataques aéreos contra instalaciones de la Fuerza Quds de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y milicias afiliadas en Siria e Irak.