A pesar de que continúan las hostilidades en Ucrania, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró el domingo que no hay "una amenaza inmediata" para ningún miembro del bloque militar.
"Vivimos en un mundo peligroso", sostuvo, y añadió que la Alianza Atlántica se ha adaptado a la "nueva realidad" surgida en 2014, cuando un golpe de Estado en Ucrania llevó a la reunificación de Crimea con Rusia sobre la base de un referéndum en la península. En este sentido, explicó que en los últimos años la OTAN "se ha reforzado considerablemente" y que todos sus miembros han invertido "significativamente" en su defensa, e indicó que es necesario que el bloque "amplíe continuamente" esos esfuerzos.
Stoltenberg también señaló que Alemania se ha convertido en el miembro de la OTAN con mayores inversiones en defensa después de EE.UU., instando a Berlín a que siga "modernizando" sus Fuerzas Armadas.
Estas declaraciones tuvieron lugar en un contexto en el que, en las últimas semanas, se han intensificado los debates sobre la necesidad de que los países occidentales se preparen para una guerra con Rusia. Por ejemplo, a finales de enero, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó que su país debía estar preparado para un ataque de Moscú. "La disuasión es el único medio eficaz para posicionarse de antemano contra un agresor. Si somos atacados, debemos ser capaces de hacer la guerra. Eso es lo crucial. Tenemos que prepararnos para ello", dijo.
Recientemente, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó de "completa tontería" los señalamientos acerca de que Moscú podría atacar a un miembro de la OTAN. "El presidente de cualquier gran país, de un país de la OTAN [...] no puede no comprender que Rusia no tiene ninguna razón, ningún interés, ni geopolítico, ni económico, ni político, ni militar, para luchar con los países de la OTAN. No tenemos reclamaciones territoriales entre nosotros y no tenemos ningún deseo de estropear las relaciones con ellos. Estamos interesados en desarrollar las relaciones", explicó.