Las acciones del régimen de Kiev solo agravan el conflicto afectando a la población civil, incluidos los menores de edad.
Las escuelas cerca de la línea del frente suelen quedar bajo el fuego de las fuerzas ucranianas. Sin embargo, pese a las hostilidades, la población de Donbass hace todo para mantener el proceso educativo en pie.
Apenas unas semanas después de las vacaciones, el curso escolar está en pleno desarrollo. Pero en Donetsk las cosas son distintas. Algunas escuelas están cerradas, mientras que otras funcionan de forma parcial. Los centros educativos pueden ser un objetivo para las FF.AA. ucranianas.
Profesores toman las armas
Los maestros se encuentran entre quienes han tomado las armas para defender su patria. Así, el profesor de historia en una escuela del distrito de Leninski de la ciudad rusa de Donetsk, Valeri Doroféyev, ha vuelto de la línea del frente. Sus clases se desarrollan a menudo cuando se oyen los estruendos de la artillería pesada.
Es un sonido que conoce muy bien, ya que estuvo en la batalla de Mariúpol. "Aquel día, por la mañana, fuimos a atacar al enemigo, entramos en una casa, tomamos posiciones de defensa alrededor de esa casa", recordó.
Valeri resultó gravemente herido durante la operación militar especial y necesitó una estancia larga en el hospital. "A mi compañero y a mí nos cayó encima un panel, me cayó en la pierna, sufrí una contusión, me desmayé, luego me desperté, con un fondo verde delante de los ojos. Luego me retiró un equipo de evacuación", relató.
Desde su recuperación decidió dedicarse a la enseñanza, especializándose en historia. Es una asignatura que le apasiona y explica por qué es tan importante para los niños. "Ahora, creo que los niños están más interesados en aprender historia. Estamos en una guerra ahora, hay muchos paralelismos con los acontecimientos del pasado. Comparamos lo que sucedió y lo que está ocurriendo", señaló.
La directora de la escuela, Viktoria Lobánova, explicó cómo el conflicto ha repercutido en el aprendizaje de los niños y en su bienestar general. "En primer lugar, da miedo. Durante mucho tiempo estuvimos en las clases a distancia, pero desde el 1 de septiembre empezamos el formato presencial, las clases se redujeron solo 5 minutos. La jornada es de 8:00 a 12:00", señaló.
En su opinión, los niños "son mucho más maduros ahora". "Se toman la situación muy en serio. Para ellos, soportar las pérdidas es difícil, y las hay: muchos de sus padres están defendiendo nuestras tierras", afirmó.
Los combates continúan, con la línea del frente a pocos kilómetros de la carretera. Los niños de Donetsk tienen las mismas esperanzas y sueños que los de todo el mundo. Quieren estar seguros, ser felices. Crecer en un entorno donde puedan hacerlo. Pero estas esperanzas están siendo destrozadas por Occidente con el suministro incesante de armas al régimen de Kiev.