La ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, dijo el lunes que su gobierno está interesado en "adaptar el modelo" de seguridad de Nayib Bukele, después de que el reelecto mandatario salvadoreño ofreciera su colaboración ante el aumento de la violencia en el país sudamericano.
"Nos interesa adaptar el modelo de Bukele. La violencia en Argentina está fuerte. El último fin de semana hubo muertos en el fútbol, fue un verano con peleas permanentes, banditas", dijo en declaraciones divulgadas por la prensa.
"Nos interesa cómo lo hicieron"
"El modelo de la mara es complicado, pero vemos el aumento de nivel de violencia de banda que se cruzan, o los enfrentamientos en boliches. Esa violencia, trabajar sobre eso, nos interesa", agregó.
Antes del cierre de las urnas el domingo, Bukele anunció que había ofrecido a Argentina toda la "colaboración que ellos necesiten en todos los temas de seguridad", si bien consideró que el país suramericano no necesita "tan drásticas" como las que aplicó su gobierno en El Salvador.
"Son realidades diferentes. Las maras son diferentes de las bandas que tenemos en la Argentina", le respondió la ministra el lunes. No obstante, Bullrich dejó claro el interés del Ejecutivo de Milei en conocer "cómo hicieron para tener 450 días sin homicidios y las reformas legislativas que llevaron adelante".
"En todo caso, son temas de los que se puede aprender y adaptar a nuestra realidad", comentó Bullrich, tras aludir también al intercambio de experiencias con otros países, como Chile, sobre la llamada 'ley de microtráfico 0'.
"Un medicamento más pequeño"
Bukele resultó reelecto por una aplastante mayoría, también en el Legislativo, atribuida a su exitosa guerra contras las pandillas, que he llevado los índices de violencia al mínimo y convertido al otro violento país centroamericano en uno de los más seguros del continente americano.
El 'modelo Bukele', con más de 70.000 personas tras las rejas acusadas de pertenecer a las maras, tiene admiradores entre gobiernos de otros países, pero también muchas críticas de organismos de derechos humanos, que denuncian detenciones arbitrarias y torturas en las cárceles, en medio de un estado de excepción que dura ya casi dos años y que suspende garantías constitucionales.
"El problema de seguridad de Argentina, que existe, no es tal vez tan apremiante como lo era en El Salvador y, por ende, las medidas que pueden ser compartidas por nosotros para que puedan ser aplicadas en Argentina no tendrían que ser tan drásticas, porque no necesitan resolver un problema tan grande", dijo el mandatario salvadoreño.
"Como el problema es más pequeño, tal vez el medicamento puede ser más pequeño también", sostuvo al respecto.