Maurilia Chávez y Andrea López son dos gemelas estadounidenses de 90 años que se reencontraron 81 años después de verse por última vez, informan medios locales. Se volvieron a reunir después de que López se realizara pruebas genéticas en diciembre del año pasado y le informaran posteriormente que su hermana estaba viviendo en Denver.
En 1947, tras quedar huérfanas, ellas y otros ocho hermanos fueron adoptados por varios miembros de su extensa familia. Sin embargo, ellas crecieron a cientos de kilómetros de distancia, pues no fueron enviadas al mismo hogar. Se vieron por última vez a los 9 años durante un encuentro familiar de un día y nunca más supieron la una de la otra. Cada una vivió su propia vida y conformaron sus propias familias en diferentes estados.
Después de hablar por teléfono, López voló al encuentro con Chávez. "Mi hermanita, tenía muchas ganas de verte, de tenerte conmigo, mi hermanita hermosa", le dijo López al encontrarla. "Cuando veo a mi hermana, me pongo tan feliz que no hago nada más que llorar, abrazarla y aplastarla", comentó López a los medios. "Es como si fuera la primera vez que la vi en mi vida porque 81 años es demasiado", agregó al describir el encuentro.
"Soy la persona más feliz del mundo porque nunca pensé que la iba a volver a ver. Y la otra razón por la que lloro como un bebé es porque me sentí sola. Tengo una hermosa familia, pero lo que realmente necesito es a mi hermana", dijo Chávez, por su parte. Tres de sus hermanos todavía están vivos, todos tienen entre 80 y 90 años. El encuentro de López y Chávez ha impulsado otras reuniones entre ellas y sus familias.