Protestas contra los feminicidios en Somalia tras el asesinato de tres mujeres en una semana

Dos de las víctimas, asesinadas presuntamente por sus maridos, estaban embarazadas.

Las muertes de tres mujeres en una semana, presuntamente asesinadas por sus maridos, provocaron una ola de indignación y manifestaciones en Somalia contra el problema de los feminicidios en el país, informa The Guardian este martes.

Se detalla que dos de las víctimas estaban embarazadas. Según la Policía, en los tres asesinatos, que ocurrieron en la primera semana de febrero, se sospecha de los maridos de las mujeres. A pesar de las altas tasas de violencia a las que está acostumbrado a sufrir el país africano durante las últimas décadas, estos casos empujaron a los habitantes de la capital, Mogadiscio, a salir a las calles a expresar su rechazo.

Los manifestantes portaron pancartas con imágenes de Lul Abdi Aziz Jazira, una de las víctimas. La mujer de 28 años, que tenía seis hijos, fue rociada con gasolina y prendida fuego. El día de los hechos, los vecinos oyeron el ruido de una "discusión feroz" en su casa y rompieron la puerta para acceder a la vivienda, donde encontraron a la mujer. Tras ser hospitalizada con graves quemaduras, sobrevivió en agonía durante siete días antes de fallecer.

En otro de los casos, un hombre fue detenido acusado de matar a puñaladas a su esposa, Fus Mahfud Mohamed. La mujer tenía 22 años y estaba embarazada de su cuatro hijo. Los familiares dijeron que las discusiones de la pareja eran frecuentes, mientras que la Policía cree que la hora y el lugar del crimen fueron cuidadosamente planeados por el asesino.

Aunque no se ha revelado el nombre de la tercera asesinada, las autoridades detallan que fue disparada por su marido en el Bajo Shabelle, en el sur de Somalia.

Cabe destacar que la situación de los feminicidios en el país se ve agravada por la ausencia de marcos jurídicos sólidos que disuadan de cometer agresiones por motivos de género. En 2020, el Parlamento debatió un polémico proyecto de ley para abordar la violencia de género, pero se vio obligado a frenarlo tras la presión local e internacional por contener cláusulas que permitían el matrimonio infantil y forzado y otras violaciones de los derechos de mujeres.