Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, señaló que no hay impedimento para estrechar lazos con Japón y podría llegar el día en que el primer ministro nipón, Fumio Kishida, visite Pionyang, informó la agencia KCNA el jueves.
"Si Japón se deshace de su mala costumbre de interferir injustamente en nuestro derecho a la autodefensa y no coloca la ya resuelta cuestión de los secuestros como un obstáculo para las perspectivas de las relaciones entre los dos países, no habrá ninguna razón por la que ambas naciones no puedan volverse más cercanas y puede que llegue el día en que el primer ministro visite Pionyang".
Kishida, cuya nación no tiene relaciones diplomáticas formales con Corea del Norte, expresó en noviembre del año pasado su deseo de reunirse con el líder norcoreano para resolver el asunto de los civiles japoneses retenidos en las décadas de 1970 y 1980.
Asimismo, la subdirectora del Comité Central del Partido de los Trabajadores norcoreano expuso: "Si Japón abandona valientemente su anacrónico sentimiento de hostilidad y obsesión irrealizable y toma la decisión política de abrir un nuevo camino para mejorar las relaciones mediante un comportamiento respetuoso y acciones confiables sobre la base del reconocimiento mutuo, los dos países pueden tener un nuevo futuro".
"Ningún interés"
Kim es considerada la confidente y asesora más cercana a su hermano en asuntos de política exterior. Sin embargo, ella destacó que su punto de vista es una observación personal y que de momento el liderazgo norcoreano no tiene planes de mejorar las relaciones entre las dos naciones y no tiene "ningún interés en establecer contacto".
No obstante, Kim comentó: "Si las recientes declaraciones del primer ministro Kishida se basan en su sincera intención de romper audazmente con las restricciones del pasado y avanzar en la relación entre la RPDC y Japón, no veo ninguna razón por la que no puedan evaluarse como positivas".
- Japón ha criticado el desarrollo de misiles balísticos y armas nucleares por parte de Corea del Norte, provocando a menudo duras reprimendas de Pionyang, especialmente cuando Tokio intensificó su alianza de seguridad con Corea del Sur y EE.UU.