Anders Behring Breivik, el terrorista de ultraderecha que en julio de 2011 asesinó a 77 personas en Noruega, matanza por la que fue condenado a 21 años en prisión, ha perdido la demanda que presentó contra el Estado por presunta violación de sus derechos en prisión, informó este jueves el medio estatal NRK.
Breivik, de 45 años, pretendía poner fin a su aislamiento en prisión argumentando que las condiciones carcelarias a las que estaba siendo cometido eran una "pesadilla", y le hacían plantearse el suicidio "a diario".
Durante su declaración, Breivik rompió a llorar y aseguró que se arrepentía de sus actos. Sin embargo, una psiquiatra que lo evaluó afirmó que considera que el terrorista noruego no está deprimido ni tiene tendencias suicidas.
La sentencia del Tribunal del Distrito de Oslo, dictaminó que Breivik "tiene buenas condiciones físicas en prisión y, en términos relativos, una gran libertad en su vida cotidiana". Además —se lee en la sentencia—, puede "organizar sus días como quiera, dentro del marco previsto por la prisión", estudia y trabaja "en sus proyectos políticos".
"En resumen, el tribunal ha llegado a la conclusión de que no puede afirmarse que las condiciones de la condena sean o hayan sido desproporcionadamente gravosas", concluye la sentencia, dejando claro que no se violaron sus derechos humanos.
El abogado de Breivik, Oeystein Storrvik, aseguró que se sienten "decepcionados" por el veredicto y anunció que apelarán la decisión del tribunal, ya que consideran que las medidas compensatorias "no son suficientes, teniendo en cuenta cuánto ha durado en aislamiento".
Andreas Hjetland, uno de los abogados del Estado, aseguró que la sentencia "demuestra que el servicio penitenciario hace un trabajo minucioso, profesionalmente sólido y jurídicamente correcto, cuando consideran las condiciones que debería tener Breivik".
- El 22 de julio de 2011, Breivik detonó un carro bomba en Oslo, la capital noruega, causando ocho muertos, después de lo cual se dirigió a un campamento juvenil de verano en la isla de Utoya, donde asesinó a tiros a 69 adolescentes. Fue declarado culpable de asesinato masivo, de provocar una explosión fatal y de terrorismo.