El Tribunal Supremo Electoral (TSE) de El Salvador confirmó que el partido del reelecto presidente, Nayib Bukele, consiguió también una aplastante mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, interpretada como una carta blanca de los salvadoreños para profundizar sus políticas, como la guerra que declaró contra las pandillas.
El domingo, el TSE conformó que Nuevas Ideas (NI) se hizo con 54 de los 60 diputados, un resultado que ratifica la hegemonía y concentración de poder del 'bukelismo' en la pequeña república centroamericana.
En las elecciones del pasado 4 de febrero, el joven mandatario consiguió el 84,6 % de los votos. Los seis escaños restantes se los repartieron entre Alianza Republicana Nacionalista (Arena, 2), el Partido de Concertación Nacional (PCN, 2), el Partido Demócrata Cristiano (PDC, 1) y Vamos (1).
EL FMLN, fuera de la asamblea
El partido de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), la exguerrilla salvadoreña que gobernó entre 2009 y 2019, y fue parte de la guerra civil que sacudió el país entre 1980 y 1992, quedó sin representación parlamentaria.
La votación estuvo marcada por controversias y tensiones a raíz del retardo en el escrutinio y supuestas irregularidades y violaciones a la normativa electoral durante la jornada electoral, que obligaron a las autoridades del TSE a detener el conteo y repetirlo de forma manual. En el caso de la Asamblea, el organismo recontó el 100 % de las actas.
El escrutinio final de la elección legislativa comenzó el pasado domingo, entre acusaciones de intervención de agentes de la Policía Nacional Civil, supuestas amenazas de detención a los vigilantes de partidos de la oposición por grabar irregularidades y restricciones a la prensa.
La Organización de Estados Americanos (OEA) manifestó el sábado su preocupación por la demora, falta de uniformidad del recuento final y la actitud intimidatoria hacia los partidos de oposición.
"Una falta de control"
La misión de la OEA observó "una falta de control por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) sobre el desarrollo de esta etapa en la que, en muchas ocasiones, las decisiones quedan en manos de los representantes de los partidos políticos".
El partido Vamos anunció que pedirá la nulidad de las legislativas ante el elevado número de irregularidades.
Los resultados son una sonora luz verde a las políticas de Bukele, entre ellas un estado de excepción en el marco de su exitosa lucha contra las pandillas, que ya lleva más de dos años impuesto y desató numerosas denuncias de detenciones arbitrarias en las cárceles, donde hay más de 75.000 detenidos acusados de pertenecer a las temibles pandillas.
Pero su posición dominante, en una suerte de régimen de partido único, causa inquietud entre algunos sectores.
En diciembre, en un extenso informe, Amnistía Internacional (AI) aseguró que el Estado salvadoreño, "detrás del velo seguridad", está "reemplazando gradualmente la violencia de las pandillas", al adoptar un modelo de seguridad "altamente represivo" que criminaliza a los grupos vulnerables y socava los derechos humanos.
La ONU, la Unión Europea y otros organismos, por su parte, le han pedido al gobierno salvadoreño el fin del estado de excepción. Pero la administración de Bukele aseguró que la medida se prolongará "hasta que se llegue a la última detención".
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