El fin de las salidas temporales de los presos en Brasil está en el centro de las discusiones en el Congreso, cuando este martes se cumplen siete días de la inédita fuga de dos reos de una cárcel de máxima seguridad, que todavía no han sido atrapados a pesar del espectacular despliegue de medios.
Según la prensa, el gobierno del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, debería vetar la medida si llega a ser aprobada este martes. El texto se votará en el Senado, pero deberá regresar a la Cámara porque el contenido de la propuesta ha sido modificado.
La legislación permite que los jueces autoricen las salidas en régimen semiabierto para visitar a familiares, cursos profesionales o actividades de reinserción social.
El proyecto presentado por el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, mantiene solo la posibilidad de salir por estudios o trabajo.
"Lamentablemente nuestro sistema penitenciario está superpoblado y, en muchos estados, cuenta con instalaciones precarias, lo que impide la adecuada resocialización de los presos. Por lo tanto, al permitir que los presos que aún no han sido reintegrados a la vida social se beneficien de la liberación temporal, las autoridades públicas ponen en riesgo a toda la población", destacó el senador.
"Socializar y buen comportamiento"
El analista Valdo Cruz asegura que los parlamentarios bolsonaristas pretenden que esto sirva de "mensaje" ante la histórica fuga de la cárcel de Mossoró, en el estado de Rio Grande do Norte, y también como respuesta a los presos que tras las salidas no regresan a las penitenciarias.
Sin embargo, el Palacio de Planalto y el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, se oponen a la medida porque consideran que las salidas ayudan al reo a socializar y a tener un buen comportamiento mientras cumplen su condena.
Según expertos consultados por la prensa, el fin de esta salidas generaría más tensiones en las cárceles y, además, recuerdan que la mayoría de los reclusos cumplen las normas.
La discusión también se da después de que el lunes 17 presos se fugaran de un centro de reclusión en el estado de Piauí, al noreste de Brasil.
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