El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU anunció el 20 de febrero que está suspendiendo las "entregas de ayuda alimentaria vital" al norte de Gaza hasta que haya "condiciones que permitan una distribución segura".
Desde la agencia subrayaron que esta medida no fue adoptada "a la ligera", ya que hay una compresión de que una pausa en las entregas a esta zona de la Franja de Gaza "significa que la situación allí se deteriorará aún más y más personas corren el riesgo de morir de hambre".
Razones de la suspensión
La agencia aseguró que "está profundamente comprometida a llegar urgentemente a las personas desesperadas en toda Gaza", no obstante, pidió garantías de seguridad tanto para sus empleados, que entregan la ayuda alimentaria crítica, como para quienes la reciben.
Se precisa que la decisión de pausar las entregas se tomó después de que el pasado domingo —luego de una suspensión de 3 semanas tras el ataque a un camión de la UNRWA por parte de fuerzas israelíes— un convoy del PMA durante su ruta hacia la ciudad de Gaza "fue rodeado por multitudes de personas hambrientas cerca del puesto de control de Wadi Gaza", que realizaron "múltiples intentos" de subirse a los camiones. Una vez que el convoy entró en la ciudad de Gaza tuvo que "enfrentarse a disparos", por lo que solo se pudo distribuir una pequeña cantidad de alimentos a lo largo del camino.
Al día siguiente, el segundo convoy "se enfrentó a un completo caos y violencia debido al colapso del orden civil", indicó la agencia. "Varios camiones fueron saqueados entre Jan Yunis y Deir al Balah y un camionero fue golpeado. La harina restante se distribuyó espontáneamente desde los camiones en la ciudad de Gaza, en medio de una gran tensión y una ira explosiva", describió la agencia.
"Gaza pende de un hilo"
En diciembre, en medio de la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, un informe de 15 agencias, incluido el PMA, ya advirtió de que el norte del enclave palestino corre el riesgo de hambruna para el mes de mayo, "a menos que las condiciones allí mejoren decisivamente". A finales de enero, después de que el PMA entregara alimentos al norte de Gaza, la agencia evidenció el rápido deterioro de las condiciones en esta zona. "En estos últimos 2 días, nuestros equipos fueron testigos de niveles de desesperación sin precedentes".
También hicieron hincapié en "la precipitada caída de Gaza hacia el hambre y las enfermedades". "Los alimentos y el agua potable se han vuelto increíblemente escasos y las enfermedades abundan, lo que compromete la nutrición y la inmunidad de mujeres y niños y provoca un aumento de la desnutrición aguda", lamentaron. La situación es "particularmente extrema" en el norte de la Franja de Gaza, donde uno de cada seis niños menores de 2 años sufre desnutrición aguda.
El PMA indicó que buscaría maneras de reanudar sus entregas lo antes posible y, de forma urgente, pidió para ello:
- ampliar a gran escala el flujo de asistencia al norte de Gaza para evitar un desastre
- enviar volúmenes significativamente mayores de alimentos que lleguen a la Franja de Gaza desde múltiples rutas
- abrir los puntos de cruce hacia el norte de Gaza (desde Israel)
- establecer un sistema de notificación humanitaria que funcione y una red de comunicación estable
- facilitar la seguridad, tanto para el personal del PMA y sus socios, como para las personas necesitadas
"Gaza pende de un hilo y se debe permitir que el PMA revierta el camino hacia la hambruna para miles de personas desesperadamente hambrientas", concluyó.