Este jueves concluye la reunión de los ministros de Exteriores de los países miembros del G20 en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. El canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, ofrece una rueda de prensa para comentar los resultados del encuentro.
"Los juegos geopolíticos de Occidente afectan negativamente a la economía mundial"
En su intervención, Lavrov recordó que el G20 fue creado para buscar enfoques colectivos para resolver los problemas de la economía mundial. "La situación actual de la economía mundial está gravemente distorsionada por los métodos utilizados por Occidente para castigar a quienes no siguen sus reglas, que son claramente de naturaleza neocolonial y que Occidente utiliza para eliminar a sus competidores", señaló.
De acuerdo con el canciller ruso, "los juegos geopolíticos y las aventuras de Occidente afectan directamente de forma muy negativa a la economía mundial". "EE.UU. y sus satélites están construyendo barreras, creando dificultades a las cadenas logísticas y financieras naturales, encareciendo la producción, encareciendo los servicios y los bienes que reciben los países en desarrollo"
El jefe de la diplomacia rusa también indicó que actualmente, "si los estadounidenses necesitan obtener algo concreto de un país, se reúnen y dicen: 'Necesitamos este tipo de comportamiento por su parte'". Sin embargo, si estos países no quieren hacerlo, EE.UU. les dice que les castigará e impondrá sanciones.
"Washington determina toda la política occidental, y todos los demás la cumplen con obediencia, como vemos en muchas direcciones diferentes"
Intentos de 'ucranizar' la agenda
Añadió que durante la reunión algunos de sus homólogos occidentales intentaron "desviar el debate hacia el tema del apoyo al régimen de Kiev y las acusaciones infundadas contra la Federación Rusa, es decir, 'ucranizar' la agenda de todas las formas posibles". Al mismo tiempo, señaló que estos intentos "no cuentan con el apoyo de los países en desarrollo y de la mayoría del Sur Global".
Además, Lavrov afirmó que la postura actual de los países occidentales hacia Rusia impide resolver el conflicto ucraniano. "Para mi gran pesar, esta rusofobia y una posición tan arrogante [...] es, por supuesto, incurable, no desaparece. Y en esta situación, ¿cómo podemos hablar de negociaciones?", indicó, añadiendo que el propio Occidente categóricamente no quiere ningún diálogo serio sobre los problemas reales que ellos mismos crearon en Ucrania".
Washington vs. Moscú
En cuanto a las relaciones ruso-estadounidenses, Lavrov señaló la imposibilidad de restablecer la confianza en EE.UU. "cuando Rusia es declarada abiertamente un Estado hostil, una amenaza inmediata que debe ser destruida y derrotada estratégicamente".
En este contexto, también declaró que, a pesar de sus afirmaciones públicas, Washington está implicado directamente en el conflicto ucraniano. Calificó dichas acciones como "otro aspecto de la política agresiva y hostil de EE.UU. contra Rusia".
Explicó que las tropas del régimen de Kiev "no podrían haber luchado sin armas estadounidenses, así como sin instructores, observadores y sin datos estadounidenses procedentes de satélites y otras fuentes".
"Es un hecho que los estadounidenses luchan contra nosotros, en realidad, no solo de forma híbrida, sino en varios casos directamente".
Reformas de las instituciones mundiales
Según sus palabras, una de las estructuras de gobernanza mundial que tiene que ser ya reformada es el Consejo de Seguridad de la ONU. "Hemos expresado nuestra posición de que el Consejo de Seguridad debe reformarse abordando la principal injusticia: la infrarrepresentación de los países en desarrollo", dijo.
Subrayó que actualmente, de los 15 miembros del organismo, seis son aliados de EE.UU. y prácticamente todos apoyan la postura de Washington. Por lo tanto, dijo Lavrov, cuando se decida en la práctica la cuestión de la ampliación del Consejo de Seguridad, Moscú apoyará "exclusivamente" a los representantes de Asia, África y América Latina.
Además, el jefe de la diplomacia rusa recordó que en la cumbre del G20 del 2023 se adoptó un texto en el que se afirma unánimemente que era necesario reformar las instituciones mundiales para aumentar el papel de los países en desarrollo en ellas.
Sin embargo, Washington "ha estado bloqueando la reforma del sistema de contribuciones y cuotas en el Fondo Monetario Internacional (FMI), no solo el primer año, intentando artificialmente, en contra de los indicadores objetivos de crecimiento económico, donde ya está significativamente por detrás de China, […] intentando mantener su minoría de bloqueo en el FMI, no queriendo compartir porcentajes de votos ilegalmente retenidos para liderar en solitario, de hecho, esta estructura internacional".