El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro y varios de los cercanos colaboradores durante su Gobierno (2019-2022) comparecerán este jueves ante la Policía Federal, que les investiga por su presunta vinculación con una tentativa de golpe de Estado en enero del año pasado, cuando ocurrió el asalto a los tres poderes en Brasilia.
La estrategia de la Policía Federal (PF) es que todos los investigados declaren de manera simultánea para evitar que las versiones sean combinadas. El proceso forma parte de las pesquisas desarrolladas en el marco de la operación "Tempus veritatis (hora de la verdad)", lanzada hace dos semanas, refiere G1.
La hipótesis de los investigadores es que Bolsonaro y sus colaboradores orquestaron una conspiración para mantenerlo en el poder y evitar la asunción del electo Luiz Inácio Lula da Silva.
Hace semanas, la Policía se presentó en la vivienda de veraneo del ultraderechista, le requisó el pasaporte y le prohibió mantener contacto con el resto de sospechosos. Entre otras cosas, durante la investigación los agentes encontraron el video de una reunión en la que Bolsonaro pedía a sus ministros "actuar" antes de las elecciones de 2022 para no convertir a Brasil en "una gran guerrilla".
Los abogados de Bolsonaro alegan que el exmandatario nunca tuvo intención de dar un golpe de Estado y, en paralelo, han intentado dilatar la comparecencia de este jueves, pero la petición fue denegada. Entretanto, barajan la posibilidad de apartar del proceso al magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF) y presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Alexandre de Moraes.
En su informe de acusación, de 135 páginas, De Moraes desveló un plan contra él, en el que varios de los hombres próximos a Bolsonaro tuvieron la supuesta misión de vigilarle de manera ilegal, "con el objetivo de capturarlo y detenerlo cuando se llevase a cabo el golpe de Estado".
Por esa razón, los letrados del ultraderechista alegan que existe un "impedimento manifiesto" para que De Moraes "realice cualquier acto procesal", ya que habría un "claro interés personal" que le impediría tomar decisiones imparciales.
Bolsonaro convocó en las redes una manifestación "pacífica" el 25 de febrero en Sao Paulo, donde pretende "defenderse de todas las acusaciones". La estrategia de su defensa, según afirman medios locales, será guardar silencio durante la comparecencia de hoy.