Independientemente de cómo se desarrolle la guerra entre Israel y Hamás, los rebeldes hutíes de Yemen, junto con Irán, se están preparando para un largo enfrentamiento con Estados Unidos y sus aliados en el mar Rojo, informó Bloomberg este jueves, citando a personas con conocimiento de la situación.
Los hutíes estarían reforzando sus capacidades militares y de defensa, con el fin de seguir atacando a los buques en torno al mar Rojo. Entre las medidas adoptadas por el grupo figuran la fortificación de escondites en las montañas y los ejercicios con embarcaciones no tripuladas por encima y por debajo del agua, aseguraron las fuentes.
Un funcionario de Riad reveló al medio citado que Arabia Saudí, que limita con Yemen y ha combatido a los hutíes durante años, está especialmente preocupada por la posibilidad de que el grupo intente sabotear los principales cables de Internet que se extienden por el fondo marino. Sin embargo, el reino todavía no tiene pruebas de un plan de esa naturaleza ni de que los rebeldes dispongan de los medios para llevarlo a cabo.
En medio de los bombardeos de Israel sobre la Franja de Gaza, el movimiento de los rebeldes hutíes Ansar Allah comunicó a mediados de noviembre que sus fuerzas armadas atacarían a todos los barcos que naveguen con bandera israelí, que sean propiedad de empresas israelíes u operados por ellas. La amenaza fue posteriormente extendida a cualquier embarcación que se acerque a las costas del país hebreo.
Sin embargo, los rebeldes e Irán estarían intentando obtener concesiones de Occidente que no tienen nada que ver con el conflicto en Gaza, afirmó Rashad al Alimi, presidente del Gobierno de Yemen reconocido internacionalmente.
Entre esas exigencias, Al Alimi sugirió que podrían figurar el alivio de las sanciones a Teherán y el reconocimiento político del grupo militante yemení. "Se trata de un sueño estratégico para Irán", afirmó durante la Conferencia de Seguridad de Múnich el pasado fin de semana.
Por su parte, EE.UU. y Reino Unido han respondido desde mediados de enero con ataques aéreos contra los activos militares de los hutíes en el marco de la operación 'Guardián de la Prosperidad', que busca "garantizar la seguridad de la navegación comercial" en el mar Rojo.