Cuando las autoridades de países occidentales comenzaron a imponer sanciones antirrusas al principio de las hostilidades en Ucrania, nadie creía que eso pudiera detener el conflicto, admitió este viernes la ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baerbock.
Durante un acto organizado por The Wall Street Journal en Nueva York, preguntaron a Baerbock sobre el hecho de que las sanciones no tengan mucho efecto por el momento. "Ninguno de nosotros [políticos occidentales], cuando comenzamos a imponer sanciones, creía que el paquete de sanciones detendría este tipo de invasión", dijo.
Al mismo tiempo, insistió en que las "sanciones son importantes". "Estamos mostrando al mundo, estamos mostrando al régimen de Putin, a la gente de su entorno [...] que la violación de la ley fundamental no solo es visible en el mundo sino también sancionable", explicó la canciller alemana.
Según sus palabras, "se necesitará tiempo para conseguir los efectos" de las sanciones. "Algún día se les hará responsables de ello, y eso es muy importante", dijo, añadiendo que "las sanciones también muestran a los países del mundo, a las empresas, que no se puede cooperar con un dictador así".
Reacción de la Cancillería rusa
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajárova, reaccionó a esta declaración ironizando: "Como se dice, ninguno de ellos [políticos occidentales] pensó que un giro de 360º provocaría un cambio de rumbo, simplemente es importante".
"Qué increíblemente inculta y francamente vulgar representante de Alemania. Y no es la única, hay cientos y cientos de personas como ella en los gobiernos de la UE", añadió.
Además, Zajárova reveló que durante una reunión de los cancilleres de los países miembros del G20 celebrada esta semana en la ciudad brasileña de Río de Janeiro, Berbock gritó por el micrófono a su homólogo ruso: "Serguéi Lavrov, me dirijo a usted", mientras que el ministro no se encontraba en la sala. "En su lugar se sentó el adjunto, que intentó en vano explicar a Annalena que él no era Lavrov, pero no logró convencerla. O ella se dio cuenta de que no conocer al destinatario no cambiaría nada, solo era importante", concluyó la vocera.