La creciente inflación hace que uno de cada dos personas en Francia se vea obligada a ahorrar en productos de higiene, informa el periódico Le Figaro este 26 de febrero, citando a la delegada general de la organización benéfica Dons Solidaires, Dominique Besançon.
Actualmente, alrededor del 50 % de los ciudadanos del país están reduciendo su gasto en productos de higiene personal, mientras que en 2023 la proporción de quienes ahorraban en ese tipo de productos era del 34 %, según una encuesta realizada por la organización.
El fenómeno "se está arraigando de forma duradera en Francia" y afecta no solo a la población más pobre, sino también a "un público mucho más diverso", destaca Besançon.
De acuerdo a Dons Solidaires, el 40 % de las mujeres del país renuncian a comprar cosméticos, mientras que los ciudadanos también están limitando sus adquisiciones de productos como desodorantes, detergentes de ropa, maquinillas de afeitar y cepillos de dientes.
"Se trata de una elección permanente entre la compra de alimentos, la de productos de higiene y las facturas energéticas", resume Besançon.
Según los datos de la organización, uno de cada cinco personas tiene que elegir entre comprar alimentos y productos de higiene, mientras que un tercio prolonga el uso de productos de un solo uso por motivos presupuestarios, el 23 % controla su consumo de papel higiénico y un 11 % se lava en ocasiones sin jabón.
La situación de los jóvenes
En general, los jóvenes entre 18 y 24 años son los más afectados. "Las tasas de abandono de compras entre este público son alarmantes", advierte Besançon, destacando que el 41 % de los jóvenes en esa franja de edad ya han tenido que elegir entre comprar alimentos y productos de higiene.
Se trata principalmente de estudiantes, esto es, personas sin empleo, pero también se están viendo obligados a ahorrar "jóvenes trabajadores que tienen un trabajo pero que, con la crisis y la inflación, tienen dificultades para llegar a fin de mes", subraya.
La encuesta se realizó del 17 al 22 de noviembre de 2023 e involucró a 2.000 ciudadanos de Francia mayores de 18 años.