A menos de siete meses de concluir su mandato, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), acaba de publicar su más reciente libro, '¡Gracias!' (editorial Planeta, febrero 2024), la última publicación sobre política, asegura.
En entrevista, Héctor Alejandro Quintanar, militante de Morena, y autor del libro 'Las raíces del Movimiento Regeneración Nacional' (editorial Itaca, enero 2017), afirma que uno de los grandes retos que esta organización política enfrentará será dar continuidad a la autodenominada 'Cuarta Transformación', a pesar de la ausencia de su referente central.
Y es que, si bien hay "importantes avances" en la consolidación de este proyecto político, Quintanar considera que López Obrador dejará un "hueco muy difícil de llenar", al tiempo que el partido oficial, hasta la fecha, no ha logrado resolver sus "contradicciones internas".
RT: ¿Qué aspectos destacas del más reciente libro del presidente López Obrador? ¿En qué sentido es diferente comparado con sus obras anteriores?
H.A.Q.: '¡Gracias!' es un recuento mucho más pormenorizado en comparación con sus otros libros.
Si bien López Obrador navega entre lo biográfico y la reflexión sobre asuntos públicos, esta obra constituye una segunda parte de sus reflexiones anteriores ya como presidente.
Es una especie de corolario de su libro 'A mitad del camino' (editorial Planeta, septiembre 2021).
Son reflexiones de un personaje que ya está en el poder, recordemos que la mayoría de sus libros eran, o bien de investigación histórica y política, o bien textos que redactaba en calidad de líder opositor.
Este libro en particular de 'Gracias' es una reflexión como presidente de la República, donde no solo aborda un diagnóstico de la situación del país, sino que además relata los diferentes desafíos que ha enfrentado en estos años.
RT: ¿Consideras que en este libro López Obrador manda mensajes clave, tanto a sus simpatizantes como a sus adversarios?
H.A.Q.: Hay que poner sobre la mesa, en primer lugar, que López Obrador es el protagonista de la vida pública mexicana, incluso desde antes de 2018, que es cuando finalmente triunfa en la elección presidencial.
Desde antes, su trayectoria como opositor era muy consistente. Era el referente principal como crítico del denominado periodo neoliberal que predominó durante décadas. El mensaje a mi parecer, como figura central, que manda tanto a sus adversarios como a sus simpatizantes, es que él se retira.
López Obrador deja las riendas del poder para dedicarse a otras cosas, lo único público a lo que se dedicará, según ha informado, es a la escritura sobre temas específicos.
Este 'AMLO-centrismo' que ha imperado durante los últimos años, se quedará sin su referente principal. Y ese hueco será muy difícil de llenar. Pero, al final de cuentas, López Obrador cumplirá su palabra de retirarse de la vida pública.
Es necesario enfatizar esto porque una de las principales consignas de quienes hoy están en la oposición era que López Obrador tenía pretensiones 'reeleccionistas' o de instalar un 'Maximato'.
El mensaje que envía López Obrador es que se equivocaron, que él sí va a cumplir su palabra de retirarse de la política y que, su legado, al final de cuentas, quedará en el marco institucional, el programa de Gobierno que enarboló, etc.
RT: ¿El partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) está listo para el retiro de AMLO? ¿Qué tanto se ha trabajado en la formación de cuadros?
H.A.Q.: En el plano formativo e ideológico, el partido ha hecho un trabajo consistente e intenso. Incluso se han discutido otras categorías, aparte de las que tú mencionas, por ejemplo, 'neoporfirismo' o 'mafia del poder', etc.
Recordemos que con todos estos elementos López Obrador hizo trayectoria como opositor. Sí hay un esfuerzo muy sólido por parte del Instituto Nacional de Formación Política de Morena en el trabajo de la formación de cuadros.
El problema está, desde mi punto de vista, no tanto en lo que se dice, sino en lo que se hace. Me parece que hasta ahora Morena no ha logrado realizar un buen procesamiento de sus diferencias internas y de sus procesos de selección.
Lo cierto es que aún hace falta mucho para que este partido político pueda institucionalizarse. López Obrador dejó atrás al partido desde 2018, se desatendió de él como era su deber una vez que asumió la Presidencia.
Morena, sin embargo, ha tenido una serie de contradicciones muy fuertes al interior de su seno y, lamentablemente, hasta el momento no ha encontrado una forma institucionalizada de procesarlas. Y el gran reto será sobre todo post-AMLO.
El riesgo que enfrenta Morena es que, una vez que su referente central, y del que muchos de sus militantes esperan que funja como una especie de árbitro, se retira, existe la posibilidad de que imperen prácticas que no necesariamente son saludables para su democracia interna.
RT: ¿Qué riesgo entraña el pragmatismo al interior de Morena? Sobre todo, si se toman en cuenta las adhesiones de personajes surgidos de los partidos políticos del viejo régimen; casos como el de la senadora Lilly Téllez (que apoyó la candidatura presidencial de AMLO y hoy se encuentra del lado de la oposición).
H.A.Q.: Es un riesgo muy grande. Por una parte, este pragmatismo existe en todos los partidos políticos, y tiene cierto sentido porque muchas veces resulta un ejercicio exitoso.
Si hiciéramos un examen pormenorizado de todas las personas que se adhirieron de manera pragmática en la elección de 2018, desde luego algunos casos resultaron muy lamentables.
Algunos demostraron que su apoyo a Morena resultó en un mero cálculo oportunista y electorero, como sucedió con Lilly Téllez. Hay otros personajes que se sumaron y que, sin embargo, han tenido un papel decoroso y serio.
Pienso en el caso de Manuel Espino, por ejemplo. O el caso de Fadlala Akabani, un panista que fue titular de la alcaldía Benito Juárez, luego se sumó al movimiento de López Obrador y hoy desarrolla un papel muy decoroso como funcionario del Gobierno de la Ciudad de México.
El riesgo que se corre es que la mayoría de las adhesiones sean como el caso de Lilly Téllez. ¿Qué hacer ante esto? La respuesta la tiene Morena desde hace años.
El partido tiene filtros internos muy bien definidos, por ejemplo, está establecido que no se puede ser candidato a menos que se tenga una trayectoria de activismo durante determinado número de años; tampoco se puede ser candidato si hasta hace poco tiempo se pertenecía a otro partido político, etc.
Los filtros existen, el problema es que no se cumplen. Muchas veces se relegan pensando justo en este pragmatismo y, mientras esto suceda, persistirán los casos como el de Lilly Téllez. El partido debería poner en práctica sus propios filtros.
Y este tipo de personajes, que vienen de otros partidos, pues si quieren sumarse, que lo hagan, pero en calidad de 'marineros', no de 'capitanes' desde un principio.
Que se ganen sus cargos haciendo socialización política, realizando labores partidistas, demostrando su interés de estar en Morena por una congruencia ideológica y de principios, y no por mero pragmatismo electorero.
RT: El presidente López Obrador considera que se han "sentado las bases" de su proyecto político. ¿Coincides con su afirmación? ¿Los resultados de su Gobierno podrían sufrir un retroceso bajo una nueva Administración?
H.A.Q.: Creo que, si bien se registran cambios de fondo durante estos últimos años de Gobierno, sin duda sí existe una sobreestimación porque, de lo contrario, evidentemente, no sería necesario que Claudia Sheinbaum, la candidata del oficialismo, insistiera tanto en la necesidad de profundizar la transformación.
Es natural dentro del discurso político, este aire un tanto 'triunfalista'. Pero a pesar de ese 'triunfalismo', sin lugar a dudas hay bases bien consolidadas.
Pensemos en el combate de la pobreza, o los programas sociales, todo esto ya es parte de la institucionalidad constitucional.
Será muy difícil que estos cambios se echen para atrás. El sentido común en México hoy es muy diferente en comparación con hace 20 años, y en esta tarea ha influido mucho el movimiento 'lopezobradorista'.
Te doy un ejemplo muy revelador, en 2006 cuando se hablaba de programas sociales, específicamente de las pensiones a los adultos mayores, desde el Partido Acción Nacional (PAN) se las calificaba como políticas públicas del "populismo", o se las tachaba de "demagogia".
En la actualidad, incluso los más fervientes preconizadores de esas tesis, ya aceptan la validez de los programas sociales.
Ellos saben que son políticas que cuentan con una gran aceptación de la sociedad mexicana, que las ve como acciones necesarias por parte del Gobierno.
En esa medida, podemos afirmar que el primer Gobierno, producto de este proceso de transformación, se ha desenvuelto con solidez; sin embargo, esto no significa que, a futuro, los cambios estén garantizados o serán más profundos.
Hay cambios de fondo, sí, muy importantes. Pero también hay varios rubros que aún están a la espera de un proceso de transformación.
Claudia Sheinbaum es consciente de esto y, por lo mismo, enfatiza la necesidad de llevar adelante un 'segundo piso' de la 'Cuarta Transformación'.
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